Cuando uno escucha la “Flauta
mágica”, Opera de Mozart, le da la impresión de encontrarse en el mundo de
los sueños. Y no sabe uno si ese mundo que se representa en la “Flauta mágica”,
expresaba su vida, porque compuso su obra,
en los
últimos días de la misma, en 1.791, escasos días ante de su muerte.
Su vida, estaba llena, como la de
todos los hombres de problemas existenciales, pues su vida estaba plena de
amor, de libertad y de sueños con esa libertad, de la hermandad entre los seres
humanos, y su espíritu artístico,
concretamente de los sonidos musicales, que encierran en sus bellos sonidos los
problemas de la vida de los hombres, que son belleza espiritual que, hacen
gozar a los cuerpos y a los espíritus de un placer divino que ya dejaron de
escuchar y dejaron de hacerlos sonar, con sus cuerpos enterrados
en los cementerios. En cambio, nosotros seguimos escuchando el Requien de
Mozart en cualquier momento. ¡Qué triste que el mismo Mozart no pueda escuchar
tan emocionante música, que define la muerte de seres humanos, con un poder
divino que les salía de su genial cerebro o más bien de su espíritu!. Esa música,
ahora, la escuchamos los humanos en el mundo, pero Mozart, desde su tumba, no
la oye. Ahora Mozart no oye esa música, pero los hombres que ahora la escuchan,
han escrito “ríos de tinta” con el fin de explicarse el sentido de aquellas
bases de su obra, que la produjo con su inspiración musical sublime, pero el
comentario que más ilumina, es cuando Tamino, desesperado, exclama:”¡ Oh, noche oscura!, ¿Cuándo vas a
desaparecer?.¿Cuando voy a encontrar luz en las tinieblas?” y el coro contesta:
”PRONTO, PRONTO O JAMÁS”.
Esa vida es trágica, porque se
encuentra con la “noche oscura” y Mozart se pregunta:¿Cuándo vas a desaparecer,
cuando vas a encontrar luz entre las tinieblas? Y el coro contesta:” PRONTO; O
JAMÁS” y los que estaban meditando en la palabras desesperadas de TAMINO, se
preguntan desesperados “¿Cuándo vas a desaparecer?, ¿Cuándo vas a encontrar luz
entre las tinieblas?. Mozart piensa deseando
dicha luz y el Coro contesta “PRONTO o JAMÁS”.
Esa contestación, lo sumerge
profundamente en las tinieblas, pues se encuentra con Pamina, hija de la Reina
de la Noche, y está secuestrada por un demonio. Le pide a Tamino que la
rescate. “Después de esto, la Reina se retira entre las montañas y el día se
hace de nuevo”. “La Reina de la Noche y Monostatos son expulsados y se los
traga la tierra. Sarastro convoca el reino de la luz y el reino de la verdad”.
“En el coro final se canta la belleza y la sabiduría que han sido coronadas
para siempre en aquel bello lugar”.
En esta obra triunfaron
sobre el mal Tamino y Pamina, que se unieron fueron felices.
En estas locas aventuras, estamos
los ciudadanos emocionados por la MÚSICA, que hace que esa emoción llene de
placer nuestros espíritus. Esa música, ahora los humanos la escuchamos en el
Mundo, pero Mozart desde su tumba, no la oye. Escuchamos esa “Flauta mágica”,
ópera de Mozart, nos sentimos felices, en un ambiente de sueños.
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