Portillon de la Osqueta. |
¡Qué belleza se contempla desde la Foz de Salinas!, donde están los restos de una Ermita dedicada a San Urbez. En las crestas calizas se contemplan restos, como si se tratara de una necrópolis de lajas. Estamos en el Reino de los Mallos y en su terreno natural, como si ese Reino quisiera ocultarse con el pueblo de Villalangua. Parece que el Señor ha colocado este pueblo en una especie de Teatro más que clásico.
¡Qué belleza se contempla en la Foz de Salinas!, donde están los restos de una ermita dedicada a San Urbez. En las crestas calizas se contempla como una necrópolis de lajas. Estamos en el Reino de Doña Berta, que era italiana, casada con Pedro I, Rey de Navarra y de Aragón, que murió el año 1104. Le dejó Pedro I, como dote, los pueblos de Murillo de Gallego, Riglos, Marcuello y Ayerbe. Ubieto Arteta le dio a ese conjunto de pueblos el nombre de Reino de los Mallos. No salió la reina embarazada y en 1110, desapareció dicho Reino. El hermano de Pedro I, que le sucedió, fue Alfonso el Batallador.
Están regados dichos pueblos por el río Gallego, en el que desemboca el río Asabón. Para subir a los pueblos de Salinas Viejo de Jaca y Villalangua, hay que desviarse al Oeste, desde la Carretera de Huesca a Jaca y seguir el curso del río Asabón, al lado de cuyo cauce se ven los restos de un viejo molino. Están estos pueblos en la Sierra de Santo Domingo y limitan con la provincia de Zaragoza.
Estamos en un pueblo apartado del Mundo, como si quisiera ocultarse Villalangua, pues parece que el Señor ha colocado esa Villa en una especie de Teatro Natural, más que Clásico.
Desde Villalangua se sube a Salinas Viejo, del que tan sólo queda la iglesia y en su trayecto se oyen y se ven sobrevolar multitud de aves, casi todas ellas de rapiña. Nos encontramos con unas aguas salinas, en la Foz de Salinas, que se explotaron en otros tiempos. Da la impresión a los suben a Salinas Viejo, de que se encuentra en un paisaje de una gran belleza. Se ve la Osqueta, o apertura de un camino natural, que se usaba como trayecto a Agüero.
Osqueta, palabra vasca, que en mi pueblo de Siétamo han usado toda la vida, que quiere decir apertura, que unas veces era montañera, como la que conducía a los salineros con sus ganados a Salinas pueblo Viejo y en nuestros pueblos era una apertura con una navaja, sacada de los bordes de las orejas de las ovejas, como signo de propiedad de los ganaderos..¡Cómo coincide el significado de la osqueta ganadera con el de la Osqueta de la Sierra con el nombre de ”Portillón de la Osqueta”. Caminando hacia arriba, ya lejos de la iglesia de Salinas Viejo, se divisa la Peña de Oroel, encima de Jaca. Si miramos hacia abajo .donde se encuentra Villalangua se ve la cara sur de la Sierra adornada por los pinares. Pero si cambiamos en el Portillón u Osqueta la mirada, veremos la dirección a Fuen Calderas y Biel, ya en Zaragoza.
Ahora se podría encaminar el visitante de la Sierra de Santo Domingo a Agúero, pero, los visitantes prefieren bajar a Villalangua, donde se encuentra la famosa Posada de idéntico nombre.
Eso hicimos nosotros, es decir bajar a la fachada de la Posada de Villalangua, y nos encontramos cómodamente sentados frente al Gran Teatro Natural, que no nos cansábamos de admirar. Si, porque desde ese mirador, no se cansaba uno de contemplar, con una gran delicia, el Portillo de la Osqueta.
Sentados en las sillas exteriores del Bar de la Posada, que son el Mirador, sobre el río, se contempla el paso de la Osqueta, por el que caminaban los habitantes de la Sierra de Santo Domingo, cuando venían del monte, para que sus hijos, que los acompañaban, llegaran a Salinas el Viejo. En la iglesia, de la todavía quedan restos, los esperaba el Cura para enseñarles la Doctrina Cristiana, para poder recibir la Primera Comunión.
Y ¿cómo sé yo estos hechos en los que describo el paso de los habitantes de Salinas el Viejo?. De una forma muy sencilla. Hace escasos años se murió en Siétamo el señor de ciento y un años de edad, Sebastián Grasa, que fue hace muchísimos años Alcalde de este pueblo desaparecido. Y él me contaba el paso por la Osqueta de los escasos habitantes de Salinas el Viejo, que todos ellos emigraron y Sebastián Grasa a mi pueblo de Siétamo.
Sentado en la entrada del Bar, teníamos debajo de la calle el paso del río Asabón y deante de nosotros se veía un Circo Natural, que en tempos fue sólo un conjunto de Huerto. Por encima de todos ellos se encuentra el paso por la Osqueta de los habitantes de Salinas el Viejo, que regresaban acompañados de sus rebaños, que venían de los pastos, en los que se encontraban parideras. Si, regresaban a Salinas el Viejo, para encerrar su ganado y asistir a las palabras del Cura, que estaba preparando a los niños para hacer su Primera Comunión.
Estábamos sentados con mi yerno Santiago , frente a un enorme Circo natural y apareció entre nosotros un señor llamado Víctor Callau Casasús, nacido en Villalangua. Empezamos a conversar y se declaró sobrino del anciano Sebastián Grasa y me dijo que su tío Sebastián tenía la cabeza “bien amueblada”.
En cierto artículo que escribí hace ya unos años, ”recordaba como Sebastián Grasa me contaba que en algunas ocasiones, el paso por la Osqueta era terrible, sobre todo cuando el viento cierzo soplaba con tal intensidad, que les hacía caer sus cuerpos sobre el suelo”.
Víctor al oír tal relato, lo confirmaba, con su cabeza tan bien amueblada como la de su tío Sebastián Grasa, el día 20 de Julio de 2012, diciendo que en aquellas Osquetas, cuando, soplaba el Cierzo, pasaba un aire fortísimo, que desplazaba la “zaborrilla de salagón”, igual que otras piedras menudas, por el camino, que como he dicho convertía los caminos dulces en ásperos. De la boca de de Víctor salían explicaciones llenas de sentido común, porque decía que en aquella Osqueta, el aire corría encañonado. Hoy aquellas tierras tan duras y tan tiernas para los corazones de aquellos hombres, están casi desiertas, desde Longás, Biel. El Portillo de la Osqueta, Salinas y Agüero, hasta penetrar en el Monte de Luna”.
No existían sólo las osquetas, sino que todavía se conservan las “Oscas”, como la misma de Huesca u “Osca”. Las Oscas eran aperturas en la Montaña por las que e pasaba del Norte hacia el Sur. Por ejemplo se ve desde Huesca la Brecha de Roldán o Salto del mismo. Era un paso gigantesco de la Montaña a la Tierra Baja. Esas oscas o puertas enormes las colocó el Señor para facilitar el paso desde la Montaña a la Tierra Baja y el hombre aprovechó otras puertas menores, como la de Villalangua y Salinas la Vieja , a las que llamaron “osquetas”. Por esta osqueta o apertura de Salinas de Jaca, pasaban los niños desde el Monte a Salinas , para estudiar la doctrina cristiana. Creó Dios la Gran Entrada en Huesca por la Osca de la Sierra. Encima del desaparecido pueblo de Salinas de Jaca, el viejo, pasaban Sebastián Grasa para recibir la doctrina de su Comunión y para conducir el gando desde las parideras a Salinas. Aquellas aperturas las llamaban oscas u osquetas y los ganados para identificar a sus dueños, les hacían osquetas en sus orejas , para identificar a sus dueños.
Hoy existen jóvenes que quieren ser pastores, sintiéndose en un mundo espiritual, divertiéndose en los caminos como la Osqueta de Salinas y la Ermita de Salinas, que está ya arruinada.
Existe en Huesca u Osca una gran devoción a San Urbez, que se extiende por toda la Provincia, pero que parece muerta en Salinas Viejo cerca del río.
Por la Foz de Salinas, se encuentra la Ermita derruida de San Urbez. Esta renovándose la devoción a este Santo. Si se restaura dicha Ermita, yo creo que se recreará la devoción de los oscenses a este Santo. Y Villalangua y Salinas el Viejo, será un lugar de peregrinaión a San Urbez Además por estos lugares suben alguna vez peregrinos que van a orar a San Franciso Javier.
Es un espacio de monte con su Circo Natural, con sus fuentes y su río Asaabón, y la Ermita de San Urbez, situada en la Foz de Salinas. Es una zona donde acuden los europeos y americanos y los cazadores vascos, han comprado lugares para cazar. ¡Qué no sean solamente los forasteros los que gocen de este santo lugar, sino que todos los aragoneses, acudan a esta Circo natural y a la Ermita de este santo y pastor, San Urbez. Además tendrán los peregrinos el placer de come las estraordinarias Tortas de Ayerbe.
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