domingo, 5 de abril de 2020

Eliseo Carrera de Aragón.

Monasterio de Villanueva de Sigena (Huesca).

                                                    
 Eliseo Carrera de Aragón es un altoaragonés, que vive en Tudela, pero que está llena su memoria de recuerdos del pueblo altoaragonés en que nació, de su padre y de su madre, que lo criaron en Huesca, frente al Parque Público. También traté con él en el Monasterio de Casbas, donde me invitó recordar a una de sus abadesas Ana María Abarca de Bolea, de la familia de los que llegarían a ser Condes de Aranda y que eran Señores de Siétamo y Marqueses de Torres de Montes, entre otros numerosos títulos de nobleza. Me invitaste, en cierta ocasión a visitar el antiguo Monasterio de Casbas, donde ya se había acabado el servicio monástico al Señor, pero tu amigo, el joven que amaba a tu hermana, intentaba en este mundo,  dar la luz de la eternidad, al que se encontrara con Él. Pero yo acudí a aquel Real Monasterio  con sus compañeros escuché como hacían sonar músicas gregorianas   en  el  interior del gran Monasterio y yo , que no sabía como ponerme en contacto con él ,escuchaba aquella música, que me sonaba divina y luego me marchaba a Siétamo con el recuerdo de la Superiora en antiquísimos años de aquel Monasterio, a saber Doña Ana María Abarca de Bolea. Me había llenado el espíritu escuchando aquella música celestial, pero me acordé de que el joven que hacía sonar aquella música, cultivaba en el  huerto de las monjas, verduras para alimentar sus cuerpos, que meditaban la vida celestial en aquel abandonado Monasterio.
Pero en el tiempo en que escuchaban aquellos sonidos y observaba como aquellos hombres, repartían verduras a los que todavía les producía piedad el ambiente conventual, me acordaba como si todavía estuviera viendo a los antiguos fieles, entrar en el convento, donde todavía unas monjas hacían su vida espiritual a comprar unas laminerías, que llamaban “Pedos de Monja”. ¡Cómo se mezclaba la piedad de estos fieles con la laminería de sus bocas y gargantas, para mezclar su espíritu con la “gula” de sus paladares!. Todavía me acuerdo de aquellos ya viejos tiempos, que ya han desaparecido.
Pero en los chalets del Ensanche de Huesca, se encuentra el de la santa madre de Eliseo Carrera, donde vivió con su esposo, siendo ambos los padres de Eliseo Carrera. Ambos habían nacido en Villaneva de Sigena, igual que en 1.511 nació Miguel Servet, gran teólogo y muerto por la crueldad de los herejes centro europeos, el año de 1563. En Villanueva igual que existe todavía la casa donde dicen que nació el teólogo citado, se levantaba otro Monasterio mundialmente famoso, como el de Casbas.
En Agosto de 1.936,fue quemado el Monasterio por las milicias anarquistas, que entraron en Villanueva. Tu madre, que era una niña y con su bella voz, cantaba en la iglesia del monasterio y darse cuenta del impulso destructivo de los anarquistas, escondió joyas como cálices y copones, en un montón de trigo, depositado en el Monasterio. Como sacaban trigo de aquella nave, tu buena madre sufría, cuando se dieran cuenta de que ella y otras niñas piadosas se habían jugado su vida, escondiendo esas joyas sagradas. Su alma se entristeció al verse perseguida por los ladrones de las joyas del Señor. Aquello acabó bien para las niñas que habían protegido las antiguas joyas, dedicadas al Señor.Acabada aquella negra y pecadora invasión, que llevó a la destrucción del Monasterio de Villanueva, dejando arruinado de espíritu, que era el que daba vida al Lugar Sagrado de todo el Monasterio. Y al acabar esa terrible y oscura destrucción, acompañó a Cataluña a las Monjas a Barcelona, buscando alguna ayuda para reconstruir su grandeza y su sagrada belleza. Cuando se consiguió la devolución de las piezas sagradas de aquel Monasterio, recibió una gran alegría en su santo espíritu  pero pasó en silencio ante la soledad y  el heroísmo piadoso de aquella entonces niña, que cantaba, antes de la Guerra Civil, al Señor por todo el Monasterio secular e inimitable de Villanueva de Sigena.     

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