Al
salir de casa Almudévar, se divisa allí mismo, en el centro de La plaza Mayor
una bella cruz, que indica a los habitantes de Siétamo, El Cielo eterno. Esta cruz fue derribada por
los miembros de ejército rojo, pero el primer alcalde después, de la guerra
civil la reconstruyó para que el pueblo no abandonara la dulzura triste de la
Cruz.
Allí
volvió o presidir la Bella plaza mayor del pueblo triste y al mismo tiempo alegre
Cruz de la tierra y el cielo.
Pasaron
los años y aquella Cruz fue rodeada por un jardín, llena de flores, unas rosas,
otras blancas, tres de un color naranja, que forman un bello jardín de flores
que respeta a la elevada Cruz.
Y
allí a acudido la bella jardinera Rosa a regar las flores, para que despidiesen
aromas a la Cruz.
Riega
las flores y arranca malas hierbas que quieren que se marchiten las citadas
flores.
Pero
la jardinera lo impide con sus cuidados y acompañada por un gato negro, que se
asocia a la labor de la bella señora
Rosa.
Hemos
llegado a un momento en que los hombres ateos quieren derribar las flores pero
Rosa y su gato negro, luchan para conservar el adorno de las flores, que rodean
la Cruz que preside el pueblo de Sietamo.
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