Musulmanes prisioneros sujetando el pórtico de la catedral de Oloron |
El jueves, 20 de Agosto de 2015, subimos con mi esposa, mi hija y mi yerno, al Bearn, que se unió con el antiguo Reino de Aragón, en la lucha contra la invasión musulmana. Se recuerda en el Bearn, la antigua unión guerrera entre este País y Aragón, que participó en la formación del antiguo Reino de Aragón, conquistando la Villa de Almudévar, de Zaragoza y más tarde del Reino de Valencia.
Yo sentía en mi corazón, el ser descendiente del Bearn, pero con el apellido Almudévar, que recibió mi antepasado, cuando lo nombraron Bayle o Alcalde de Almudévar, después de participar en su conquista. Mi deseo de conocer la tierra de la que yo provenía, ya lo tenía casi abandonado, porque ya había acabado con la posesión del Carnet de Conducir, pero mi yerno Santiago, se ofreció a llevarme a Oloron y yo muy agradecido, me dejé llevar.
Al llegar a Oloron, nuestro primer propósito, fue el de visitar el templo de “Sainte Marie” de Oloron. Y al llegar al pórtico, me llenó de emoción el contemplar un doble arco, por el que se entraba en el templo. La base de este doble arco era una escultura tallada, de dos hombres, musulmanes, que apoyaban sus espaldas una contra otra y sus pies en la base central de ambos arcos. Con sus espaldas sostenían la base superior del doble arco, ayudando con sus manos, sus espaldas y sus cuellos. Alrededor de su cintura, estaban sujetos por una fuerte cadena, que bajaba hasta el suelo. Sacaban una cara de sacrificio, con su boca buscando aire para poder respirar, ante un esfuerzo tan terrible. ¡Qué crueldad mostraba esa figura, para con dos hombres, sometidos a tal esfuerzo por los cristianos!. Pero las guerras han sido siempre crueles y anti-humanas, como se ve en éste pórtico de “Sainte Marie de Oloron” y en la muerte causada a Gaston IV en el Sur de España, por los moros, al que después de muerto, le exhibieron su cabeza como una gloria de triunfo. Los cristianos pidieron a los moros el cadáver del Vizconde Gastón, que devolvieron tras el pago de una gran cantidad de dinero. Este cadáver está enterrado en la Basílica del Pilar de Zaragoza. En el Museo se encuentra el olifante de caza de Gastón de Bearn, que es un instrumento de viento, tallado en un colmillo de elefante y con el que soplaban los caballeros medievales, en sus salidas de caza. En el Museo del Pilar se puede contemplar el olifante de Gastón de Bearn.
Olifante de Gaston IV, en el museo de la Basilica del Pilar de Zaragoza |
Las guerras son la Historia de los habitantes del mundo y el Bearn, en la cara Sur de los Pirineos, y en ellas fue un protagonista heroico Gastón su vizconde. Es preciso destacar la “Biografía de Gastón IV Le Croisé o el Cruzado (1090-1131),”que fit construire la cathédrale Sainte-Marie”,según está escrito en el libro que compré en dicha catedral y titulado “L´ art roman à Oloron-Sainte Marie, de J. Paradies y C. Roux. La muerte de Gaston IV en 1.131, no se había acabado totalmente la iglesia de Sainte Marie.
“Ce qui rendit Gaston IV, celebre, ce fut sa glorieuse participation a la grande croisade des Chevaliers, prechée par le pape Urbain II, et commandée par Godefroy de Bouillon”, como pone en el libro de Pardies y Roux, es decir que fue gloriosa la participación de Gaston IV, en la Cruzada de los Caballeros, convocada por el Papa Urbano II.
Gaston IV demostró en Jerusalén tener un genio militar de gran categoría porque “A Jerusalem il prit part a l’assaut final des remparts en utilisant astuciesement des tours roulantes”, es decir que en Jerusalén, asaltó la ciudad, usando torres corredoras.
Cuando el 15 de Julio de 1099, una vez tomada la ciudad de Jerusalén, después de cuarenta días de asalto, impidió la matanza de la población refugiada en el Templo de Salomón, “en la mettant magnanimement sous la protection des ètendards Bèarnais, devenus glorieux et respectés”. Pero las guerras son la guerras y los autores del libro francés reconocen, que “los cruzados masacraron a 70.000 personas, que se habían refugiado en Al aqsa”.
Debe Europa buscar la paz con los numerosos musulmanes que están poblando, como refugiados sus territorios. Los que gobiernan El Bearn ya se acuerdan de las torres rodantes, que dominaron Jerusalén, para reconstruir el ferrocarril de España a Francia, para que circule el rodante tren canfranero. Y los hechos colaboran con las ideas, porque al pasar, cuando mi yerno Santiago me llevó al Bearn, el día 20 de Agosto de este año de 2015, estaba un equipo de técnicos y de trabajadores, renovando la vieja Vía férrea, que quedó cortada hace ya muchos años. No resucita Gastón IV, pero sus pensamientos se han transmitido a las mentes y a los corazones de los bearneses actuales. Ya se preocupó Gastón IV del paso de los peregrinos de Santiago de Compostela, haciendo una guía del peregrino, recomendando el paso de los peregrinos a Santiago por el puerto de Aspe (Col de Samport), que reconocía mejor paso que por el col de Roncevaux. Pero en invierno era más duro el paso por el Bearn que por Roncesvalles. Promovió al mismo tiempo los hospitales para favorecer el paso de los peregrinos. Fueron también creados numerosos hospitales para favorecer el paso, no sólo de los peregrinos, sino también de los ejércitos y de los nuevos pobladores de la cara Sur de los Pirineos.
En un monumento de un Parque Público, cercano al río Aspe, leí varios apellidos de ciudadanos bearneses, que son también altoaragoneses, como Gabás, Lapetre y Lapetra en el Sur del Pirineo, Lacoma, Morlan, Lalana o Lalane y me acordé de otros muchos, que todavía llevan ciudadanos del Norte y del sur de los Pirineos, con apellidos de mi pueblo de Siétamo , como Larraz, Latre, Labarta…
Los Reyes de Aragón Pedro I, conquistador de Huesca en 1096 y Alfonso I el Batallador, que decidió conquistar Zaragoza, decidió contar con la ayuda de Gaston IV, para asediar la ciudad juzgada inexpugnable. Pero allí estaba el vizconde francés, que renovó la táctica, que le había dado tan buen resultado en Jesusalén: ”les tours mobiles” lanzadas sobre las murallas. Ante tan valiente y técnico hecho, fue nombrado “Chevalier de l’Ordre de Saint Sauver”.
Llegado el año 1116, Alfonso I preparó las operaciones definitivas para el asedio de Zaragoza y reunió un fuerte ejército de sus vasallos de ambas vertientes del Pirineo, en Ayerbe, punto de convergencia de la gran vía romana de Somport y de la que a través de Cinco Villas, entraba en Navarra. Parece ser que el Papa convocó una Cruzada para conquistar Zaragoza. Esta ciudad se rindió el 18 de Diciembre de 1118. “El dio la ciudad en honor a Gastón, conde de Bearn, y también fue heredado en ella el conde de Alperche”. Volviendo al libro de Pardies y Roux, lo confirma pues escribe:”Pour recompenser lo viconte, dont la compétence faisait merveille, Alphonse 1er lui donnna á Saragosse, le quartier Notre-Dame du Pillier; ainsi que la seignerie d´Uncastillo, en Navarre”, hoy en las Cinco Villas aragonesas. “En el Bearn se encuentran numerosos pueblos con nombres vascos, que siguen apareciendo en Aragón. Carlomagno,en su regreso de su vuelta por España,con el legendario Roldán impone a su hijo Louis primero,el Piadoso, como jefe de los vascos, creando el Ducado de Aquitania. En el siglo noveno, el Duque Vascón Loup III, hereda el vizcondado del Bearn,creado hacia el año de 840.”
El Vizconde Gastón IV, es bearnés, pero al mismo tiempo zaragozano, pues está enterrado en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y con su olifante, en el museo.
Recuerda su situación el río Aspe, que pasa por Oloron y nace sobre el monte Aspe, que se levanta en Aragón. Y desde este mismo Monte Aspe, baja hacia el Sur el río Aragón. El río Aspe es más caudaloso que el Aragón, a su paso por Canfranc y las flores con que adornan sus orillas, reparten una belleza inmensa, en tanto que en Canfranc, gozando de gran belleza, no es tan caudaloso el río Aragón y sus floreros en las orillas del Aragón, son muy bellas , pero no alcanzan la perfección, que logran en el río Aspe, pasando por Oloron. Y el vizconde bearnés Gastón IV, en sus largas luchas en el Oriente y en España, no podía olvidar la belleza del Bearn. Se miraba al monte Aspe, situado en Aragón y veía como las aguas recogidas en él, bajaban unas por el río Aspe, hacia el Norte y otras por el río Aragón, hacia el Sur, y se acordó del Pilar de Zaragoza, con Santiago llamando a los peregrinos hacia Santiago de Compostela, que de Europa pasaban muchos por el Bearn. Se acordaba de que Alfonso primero de Aragón “lui donna à Saragosse, le quartier Notre-Dame du Pilier” y pensó en construir “L´Èglise Santa –María”, con sus dos moros sosteniendo el Pórtico doble de la misma.
El rey contempló el mundo musulmán poco unido y marchó a Valencia, saqueando sus campos. Se dedicó a recoger hombres y botín, cruzó las Alpujarras y llegó a Vélez-Málaga.
Acompañado de muchos mozárabes, llegó al reino de Aragón, dejando a algunos de ellos en Huesca, donde se dice que fueron recogidos en la iglesia de San Miguel.
En varias donaciones reales, Gastón IV recibió el título de “premier Ricombre”. Cuando a los fieles caballeros de su entorno, se les nombraba “Caballeros de Honor”, a las tierras de Uncastillo se las calificó de “fors bearnais, que se convirtieron en “los fueros”, A los hijos de estos caballeros se les nombraba con el título d’infant”, que a los infantes convirtió en “infanzones”.
En el Escudo de Almudévar, aparece un gran castillo y unas medidas de trigo, llamadas los “almudes” y en el escudo de los Almudévar, defienden esos almudes, dos bravos leones. En un escudo de Almudévar, valenciano, aparecen junto a las Barras de Aragón, unas filas de trigo segadero. ¡Cómo recordaron los valencianos venidos de Almudévar, el trigo que antes medían con los “almudes”, instrumentos de medida de cereales, ya no usada en Valencia.
La continua actividad guerrera de Gastón IV, le mantenía, casi continuamente ausente del Bearn, no impedía su interés profundo de los asuntos del vizcondado, porque todo lo que obtenía en España ,aprovechaba “a su querida vizcondesa del Bearn, ya que ésta dirigía en su nombre” ayudada por su hijo el futuro vizconde Centulle VI”.
“Durante su permanencia en tierra bearnesa en 1122,recibió Gastón a su amigo el rey Alfonso I el Batallador,pariente de su esposa Talèse. El rey hizo una estancia de varios días en Oloron”.
En 1128, “Gaston IV” gracias a las riquezas recogidas por su expedición por Andalucía, hizo construir la abadía benedictina de Sauvelade, al lado de uno de los principales caminos de Santiago de Compostela, que acercaba la Bourgogne a Roncesvalles, por Cluny”.
Gastón IV, llamado por el rey Alfonso I, guerreó contra los moros, desde 1129 hasta 1131. “Lors de cette derniere croisade, il fut tué dans une emboscade” desapareciendo de la vida por este ataque de los moros.
Todo Aragón sintió la muerte de Gastón IV, desde el rey hasta la sencilla población, celebrando unos grandes funerales, enterrándolo “sous le porche de la cathedrale de la Seo. Ses operons et son bel olifant, furent conservés comme de reliques dens le tresor de la cathedrale”, es decir que su cuerpo, sin cabeza, fue enterrado en los porches de la Seo.
Sigue hablando el libro francés de los trovadores de aquella época , que cantaron, algunos piensan que parte de la “Chanson de Roland”, basados en los altos hechos de armas que realizó en el vizconde bearnés, “l’un des plus valereureus chevaliers du Moyen- Age”.
Cuando murió Gaston IV, en 1131, “la decoration de la cathédrale Sainte Marie n’etait pas terminé”, “pero Centulle VI siguió la obra emprendida por su padre, ayudada por su madre Talése, que hizo donación a la Abadía de Sauvelade, del castillo y de los del dominio de Ayerbe”.
Las guerras han hecho sangre en el mundo y estas mismas guerras nos han hecho olvidar, las anteriores: por ejemplo, la Guerra de la Independencia entre España y Francia, en 1808, nos ha hecho olvidar de hombres famosos, habitantes de los Pirineos, Como Gastón IV del Bearn. Vuelven entre tanto las invasiones africanas de Europa y hacen temer que se renueven aquellas guerras medievales, como se renuevan en Siria , Palestina, Mesopotamia, etc.
Pero el vizconde Gastón IV,que fue tan español como francés, encima y debajo de los Montes Pirineos, me hace soñar con un héroe, cuyas ideas siguen luchando por la unidad europea hispano francesa. Cuando uno recuerda como rodaban las torres que invadían Jerusalén y Zaragoza, se imagina como volverán a rodar las ruedas de los trenes y de los automóviles, atravesando los Pirineos, entre Pau y Oloron y Zaragoza, donde está enterrado Gastón IV.
El día veinte de Agosto de 2015, vimos el espíritu de Gastón IV, sobre los trabajadores, cerca de Bedous, que me pareció ver brillar sobres sus cabezas.
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