miércoles, 2 de enero de 2013

TIEMPO DE HIGOS




Ya no voy a buscar higos blandos, dulces y amorosos, que derraman por la tierra, sus miles de semillas al caer  y aplastarse en el suelo generoso. No me punzan los pinchos en la higuera, como me hieren las espinas del rosal; es áspero el roce de sus hojas, como duro es el tacto de la mano labradora. Forman  las hojas de la higuera, un manto protector, como si cientos de manos campesinas solidarias trataran de ocultar a los higos y a las brevas, ya blancos ya negros en su piel, del pico de la urraca, ladrona, alcahueta y blanquinegra.

La abeja defiende la miel de bocas golosas con sus aguijones, pero los higos son miel que comen  los campesinos, que devoran  los tejones, las raposas y los perros. Las aves son elegantes y los toman de las ramas y depositan  semillas en los viejos campanarios. El color oscuro es, verde oscuro, el de las hojas de la higuera y el tronco es claro porque no le llega el sol. Son sus ramas meduladas, no resisten violencias y se quiebran enseguida. Sus raíces cual aceros penetran profundamente entre juntas de las piedras de las ruinas y en grietas de las peñas arriscadas.

¿Qué se habrá perdido en mí, que no voy a la higueras de los huertos, de las viñas, de las rocas,  de las ruinas?.Quedan higos en los huertos, quedan higos pasos en las viñas y quedan higueras en Figuerazas y yo paso, y tú pasas. Pasamos todos del fruto generoso y buscamos la miseria embotellada, enlatada, de color petrificado. Si fuera libre volvería a tu sombra, higuera centenaria y me sentaría en el cajero de la acequia que te riega, comería de tu fruto pegajoso, el agua corredora lavaría  mis manos y tus hojas rozarían mi frente. No tienes amigos, higuera, porque eres modesta, basta y campesina, ¡campesina y basta!.

No llores higuera, latex de tus hojas, leche de tus hijos higos, que la fealdad, que se te atribuye.   Juana de  Ibarburu,  ya la rechazó.

Juana de Ibarburu, coincido contigo que la higuera es bella,que acoge, que es buena su sombra y el  higo es un fruto espléndido de niños sin dientes, viejos desdentados, de fieras, de aves y también de hombres.

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