miércoles, 16 de enero de 2013

A Don Federico Balaguer


Este año dos mil uno, me escribió Don Federico un folio, en el que siguiendo su vocación histórica, me daba consejos para que un servidor no imitara los actos de aquel Señor Castro de Siétamo, a cuya hija dejó su Castilo-Palacio y todo el pueblo, para que se casara con el Marqués de Torres, entre otros títulos y cuyos descendientes llegaron a ser los Condes de Aranda. Este acto conmovedor no es, sin embargo como otros que hizo en su vida, pues atacó a la misma ciudad de Huesca, entre varios ataques más.
Ahora soy yo el que te escribe, ¡Federico! para decirte que no tengo que fijarme en los antepasados de mi pueblo, para tratar de ser buena persona, pues sólo fijándome en ti, me encuentro con un modelo de hombre al que debo de imitar  para ser bueno con  los altoaragoneses. Tú lo has sido y no sólo has enriquecido su Historia, sino que has tratado de resolver los problemas del agua, con los que Navarra ha convertido su provincia en habitáculo para quinientos mil habitantes, pues basta con recordar cuando Don Fernando Susín les propuso unir las aguas de su río Irati a las del Aragón, por medio del Pantano de Yesa,   a lo que los navarros contestaron que ya resolverían sus problemas de riego. Y bien que los resolvieron, ya que además de regar con el Irati, riegan con el Aragón.
Pero, tú, cuando Albasini hizo el proyecto, para regar el Somontano con el río Alcanadre, lo publicaste en la Revista Argensola, ganándote, según tu mismo me dijiste, la bronca del Gobernador.Y tú sufriste, porque ahora dicen que no se pueden hacer pantanos en el Parque de la Sierra de Guara,  como sufrimos los que todavía estamos vivos, viendo como sus aguas, se van al Ebro, para que rieguen allá lejos.
En el número diecisiete de la Revista Argensola, ¡hace ya tantos años! escribiste tus comentarios sobre la historia pasada y la futura de los riegos de Huesca y ya veías lo que iba a pasar en nuestra provincia, pues, cuando dicen que se van a llevar el agua fuera de Aragón van casi todos a protestar a Madrid, pero no protestan por las frustraciones que aquí nos han dado y nos siguen dando y para remediar esa situación, escribes: "Es de desear, a este respecto, una mayor divulgación de los nuevos proyectos, bien en las páginas de esta Revista  o en otras publicaciones análogas. Ni el historiador debe desentenderse alegremente de los nuevos proyectos ni el proyectista puede ignorar la perspectiva histórica del problema que intenta resolver".
Ahora Huesca se muestra agradecida a tus enormes trabajos, pero si te hubiera hecho caso en tus planteamientos de nuevos riegos, se acordarían de ti hasta los más humildes campesinos. ¡Adiós, Don Federico Balaguer!.

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