miércoles, 15 de enero de 2020

La aurora y las cofradías.-




 Me contaba un señor, que vive en Almudévar, que sus habitantes tienen una memoria privilegiada, que los distingue de los demás ciudadanos. Se acuerdan de aquel personaje famoso, que murió antes de nacer ellos y cuentan su vida, como si de  un personaje actual se tratara. Sólo hay que oírles contar las actividades de Pedro Saputo, para comprender el interés por su vida, que es el que los hace recordarlo siempre.
 Se acuerdan de aquellos pasados tiempos, en que se hacía una vida muy cristiana, pues siempre la acompañaban con un trabajo duro y poco humedecido por el agua, con oraciones, que no sólo rezaban en sus casas y en la iglesia, sino que las lanzaban al aire de la Villa, para que las escuchara el Todopoderoso.
Se acuerdan de las cofradías, pero así como en el resto de España, casi han desaparecido, sobre todo las de la Aurora, en Almudévar, conservan entre otras la de la Soledad,  a la que pertenecen algunos almudevarenses, junto con su afiliación a la Cofradía del Rosario o de la Aurora. Y es que cuando muere alguno de sus socios, el presidente de la Soledad, lleva en el entierro, el estandarte delante del cuerpo del difunto y van haciendo sonar la campana mientras van rezando el rosario hasta el cementerio, donde acaban con  un Padrenuestro y un Avemaría por el extinto cofrade.
La vida del hombre tiene puntos negros de tristeza, pero momentos alegres de alegría, pues aquellas oraciones en el camposanto  nos hacen ver como se levanta el alba, como rompe la Aurora, mostrándonos una amanecida o un nuevo amanecer en el otro mundo, pero los almudevarenses, eternos madrugadores para realizar sus siembras, segar sus cosechas, cuidar a sus ganados, son amigos de la Aurora y no pueden apartarse de ella y para ello fundaron la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, a la que honraban cantando las auroras.
Eran en aquellos viejos años, abundantes en España las cofradías que, procesionaban bajo “la luz difusa que precede inmediatamente a la salida del sol”, porque la aurora despunta y despuntaba  o rompía, al comenzar el amanecer y cantaban y entonaban cantos religiosos, llamados auroras, como el salir del día antes del rosario, para celebrar fiestas solemnes. Como dice la poesía de un gran vate: ”En los pueblos de mi Andalucía, -los campanilleros por la “madrugá”-me despiertan con sus campanillas-y con sus guitarras –me hacen llorar” y mi hermana mayor María Victoria ,que fue Maestra Nacional durante año de 1946 en el pueblecico de Castejón de Arbaniés, recogió la siguiente canción :”Salve de los cielos-Virgen del Rosario,-Danos agua límpia-Que riegue los campos,-Los campos tenemos-heridos del hielo-y es porque no llueve-buen agua del cielo.-Del cielo esperamos –hermoso rocío,-así lo desea,-este pueblo pío,-pío y siempre pío.-pobre y siempre pobre-que hoy en este día-nadie le socorre.-Socórrenos Madre-a los hijos de Eva-que piden que llueva –en esta Novena .-Novena ofrecemos –a la Virgen bella,- y es porque tenemos-muy seca la tierra,-tengamos paciencia-que la Omnipotencia-ni peca  ni yerra.-yerra el pecador-cuando hace el pecado-y a Nuestro Señor-tenemos airado,-airado tenemos-al Eterno Padre,-y ahora supliquemos-a la Hermosa Madre :-oh Madre amorosa – y de todos Madre-que ahora y en la hora- nuestra muerte ampare”.
Ha desaparecido la Cofradía, que estas coplas cantaba, pero en Almudévar sigue vivo el espíritu que anima a la Cofradía de la Virgen del Rosario, con sede en la parroquia y en la casa del Señor Párroco.
Con frecuencia, algunos me dicen que todos los meses, se celebra la fiesta de la Aurora, generalmente un día de auténtica Fiesta religiosa, como por ejemplo este año se celebró el día de Reyes y el año pasado se escogió el día de la Inmaculada o Purísima  Concepción.
Esta Aurora, como indica su nombre, empieza a desarrollarse por la noche, a las seis de la mañana y en verano a las cinco y media, porque poco después saldrá el sol. Se desarrolla de una manera original, ya que estando la Cofradía formada por unos sesenta cofrades o hermanos, van todos juntos de esquina en esquina. Empiezan en la Calle Mayor, nº 94 y siguen por  la puerta de Berbosa, después de la Plaza Mayor van a la esquina de Oliver y luego aparecen en la esquina que hace vecindad con casa de Samper; más tarde van a la esquina de la Cruz, después acuden a la de la Calle Baja, o sea que esta calle es visitada doblemente en cada una de sus esquinas, a saber la alta y la baja. Después caminan hacia la casa de las monjas  de Santa Ana y luego a la esquina de Chilé y se acaba la procesión en la puerta de la casa parroquial.
Y ¿qué hacen de esquina en esquina? ;el presidente o hermano mayor va tocando la campana y cuando llegan a una de las citadas esquinas, se ponen a cantar en corro y en coro, unas canciones clásicas, parecidas a las de Castejón de Arbaniés y que contrastan con la música moderna, pues ésta pone nerviosos a los hombres y aquellas viejas canciones, heredadas de sus antepasados, los unen con sus hermanos, los aproximan a Dios y a los demás cofrades, con los que les une una íntima amistad, que da a la Villa de Almudévar, una personalidad especial, en medio de una región geográfica enorme, desde donde se contemplan los pueblos de Alcalá de Gurrea, Artasona, Valsalada y San Jorge, pueblos estos últimos de Colonización e hijos de la Villa de Almudévar.
Las canciones no son siempre las mismas. la primera del año es la de los Reyes Magos, a los que alaban por haber seguido la Estrella que los condujo, guiándolos,  a adorar al Niño Dios. Y les piden que les bendiga los campos, para que haya abundantes cosechas con el fin de que no falten los alimentos ni las cosa necesarias en las casas y sobre todo en las más pobres.
La copla de Febrero se denomina dominguera, porque en tal mes no hay fiestas de misa obligatoria, mas que los domingos. Este año se hará el día dieciséis. Son varias las coplas domingueras y el presidente o Hermano mayor elige la que le parece más oportuna.
Hay más Auroras, como la de Semana Santa, la del Santísimo, etc., etc.
El Párroco está satisfecho con tales Cofradías y con ellas colabora todo lo que puede, pues a estos  cofrades, casi no hay ni que predicarles, porque son auténticos cristianos.
En la Cofradía de la Virgen del Rosario o de la Aurora hay tres cofrades, que se nombran cada año, para que se preocupen de avisar a los cofrades de la defunción de alguno de ellos y como el hombre  no sólo reza, sino que también come, se preocupan de que en aquellos días en que tanto madrugan, no falte el almuerzo, para después de cantar tantos cantos piadosos. Recogen magdalenas, tortas dobladas, típicas de Almudévar, café con leche, moscatel y algún trago de Chinchón.
Como son mayores no han sido grandes bebedores, pero han tomado anís, casi todos los días de su vida, para romper la aurora y empezar a trabajar en la siega y en la siembra.
¡Con qué serenidad viven esos hijos de Almudévar, que hacen un solo tiempo del pasado y del futuro, para convertirlo todo en el tiempo de Dios, para el que todo está presente!.      

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