sábado, 13 de mayo de 2023

Comentario sobre San Martín de la Val de Onsera, punto de unión de la Sierra de Guara con el Somontano.

 



“San Martín de la Bal d´Onsera es una ermita, probablemente de origen visigótico, Cuya actual construcción responde a una reedificación del siglo XVII con añadidos o reformas de los siglos XVII que se encuentra en la zona meridional de la Sierra de Guara, en Aragón.” En la parte de la Sierra de Guara no pudieron colonizar con autoridad su dominación colonizadora y por esa circunstancia, los monjes cristianos se escondieron en aquellas dependencias de la Sierra, como aquellos que no se podían ponerse al alcance de los moros. Pero hay que señalar que en la parte serrana de Guara no podían entrar a dominarla los moros, sino que hubo una convivencia pacífica entre moros y cristianos. De esta forma se dieron circunstancias en las que un cristiano, que  vivía en Siétamo se enamoró de una hermosa joven mora , hija de nobles moros. Por esta circunstancia, se enamoraron y murieron, siendo enterrados en el Pequeño pueblo, de Ola, cercano a Siétamo, que, era utilizado por los difuntos  moros. Yo no he podido encontrar su sepultura común, pues han pasado muchos años y mi deseo de encontrar una sepultura común, no me resultó posible. Encontrar una sepultura de un cristiano con una mora, me resultó imposible, pero siempre que bajo a Ola, voy a su cementerio a recordar aquella mala convivencia entre moros y cristianos. Yo le cuento a mi pariente OTAL, estos sentimientos dolorosos entre cristianos y moros.

San Urbez fue en época de España habitada sólo por cristianos, habitante de parte de Francia, pero la invasión de los moros, dividieron España en una zona dirigida por los Árabes, que supieron llegar a penetrar en Francia. Los Árabes llegaron a dominar España y los Cristianos tuvieron que luchar, hasta que pudieron echar de España a los citados moros. La lucha entre árabes y cristianos duró desde que San Urbez, se hizo religioso cristiano por uno año de los setecientos y pico.

Y tuvo que organizar la vida cristiana de los cristianos en lo alto de la montaña de Guara, donde al principio algunos eran monjes particularmente, que fueron pasando a ser Monasterios de Monjes Benitos, entre los cuales vivió y murió allí San Martín Monje, que por los años de 802, dio el Hábito de Monje a SAN URBEZ. En el Convento existe una fuente milagrosa, a la que acudían los enfermos a beber el agua milagrosa, que se encuentra mana en la iglesia frente al Altar mayor del Santo y de la virgen morena. Esta protección milagrosa hace acudir a procesionar a varios pueblos de la Comarca, como Santolaria la Mayor, Apiés, San Julian, Barluenga, Castilsabás, Chibluco, la Almunia del Romeral y Fornillos.

“Adorando con fe y devoción, su Reliquia, SAN MARTÍN a sus devotos”. Hay en estos momentos numerosos devotos del Monasterio de San Martín  y entre ellos se encuentra mi hijo IGNACIO, que es y ha sido un devoto de San Martín de la Valdonsera. Ha recorrido todos los lugares de los Pirineos acompañado por numerosos amigos, en que vivió San Urbez. Y aunque no es fácil de llegar a la ERMITA, cuando ha tenido la afición de acompañarse con sus amigos devotos de SAN MARTÍN, lo ha realizado con un espíritu de sacrificio y antes de ir a rogar al Santo, ha acudido a la Ermita, para llevar a ella y depositarla en la Ermita, varios fajos de leña, para que el día que tuvieran que dormir en la santa ermita, sintiesen la devoción que les diera el calor, no  sólo de sus almas, sino también de sus cuerpos. A los pocos días fueron a rezar a la iglesia de San Pedro de Huesca. Cuando al acabar la procesión en la iglesia les estábamos esperando muchos oscenses. Venian andando desde San Martin de la Valdonsera. Tiempo después fue el mismo Ignacio el que se contagió del virus del COVID. Entró en el Hospital y parece un milagro que los médicos y enfermeras salvaran su vida. A la salida del hospital se puso Ignacio de rodillas delante de médicos y enfermeras. Y ante aquella prueba patológica siguió peregrinando a San Urbez.

Como San Urbez hizo de sacerdote y de pastor en Ola, mi hijo fue a este pueblo a contemplar una enorme losa de piedra donde dormía San Urbez. Pero a pesar de la proximidad de Siétamo a Ola, después de pasar la enfermedad no ha ido sólo a Ola sino que ha seguido peregrinando a rezar a San Urbez para darle gracias por las vidas que ha devuelto el Santo a muchos enfermos del COVID.


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