sábado, 8 de julio de 2023

Memorias de Isidro Artero

 

Ruinas del Castillo de Siétamo.


“Me acuerdo como ardia El Torreón del Palacio del Conde Aranda en Siétamo. Lo veía arder desde la Calle Alta, en la que yo vivía. Yo tenía unos veinticuatro años y entonces nos marchamos a Huesca. Ardía con facilidad por que estaba lleno de hierbas secas”.

Isidro Artero Zamora, nació en Siétamo y fue hijo de Isidro y de Severa, naciendo en 19 de Julio de 1913. Tenía en 1936,  23 años. Amaba la Paz y odiaba la Guerra.

La primera vez que entraron los rojos en Siétamo y vio arder el palacio desde su casa, por que estaba lleno de hierba subiendo hacia lo alto como una chimenea, por que las paredes eran muy gruesas y de piedra. Dice que lo debieron de quemar por si había algunos escondidos entre la hierba, al igual que los nacionales quemaron un pajar de Antoñito el Herrero, con el mismo fin, donde murieron dos o tres ciudadanos: uno el padre de Bergua “el francés”, hijo de Margarita. Cuando entraron los nacionales por primera vez me marche a Huesca donde hice el servicio militar.

Lo anteriormente escrito fue redactado por Isidro Artero a Ignacio Almudévar,  el nueve de Octubre de 1998 .

Yo era un pequeño huido con mi familia Almudévar ,primero a Huesca, luego a Jaca y por fin a Ansó, mirando una salida en el mismo Pirineo a Francia, donde la Guardia fronteriza nos avisó de que ya se estaba acabando la Guerra Civil. Yo tengo, haciéndome sufrir a mí y a mis padres y hermanos, unos recuerdos dolorosos, no sólo los míos , sino también los de los amigos nacidos en Siétamo, que incluso sufrieron el hambre o la muerte como un niño de mis parientes de Casa Sipán, sacrificado por una bomba de los invasores ,en el campo de Valdecán, donde había huido de su casa, para evitar los efectos del bombardeo.

“Mirando como ardía el Torreón del Castillo-Palacio, lo veía arder desde la Calle Alta, encima de la Plaza Mayor,donde yo vivía ,cuando yo tenía unos veinticuatro años. Entonces el horror nos hizo marchar a Huesca, Yo me di cuenta de la facilidad que el fuego había hecho arder aquel Palacio, lleno de yerba”. Este párrafo que escribió mi amigo Isidro Artero,lo hizo sobre un papel , que todavía conservo. Era hijo de el republicano Artero, pero en su corazón no había odio entre los españoles, sino que amaba a su prógimo y convivía con enorme amistad con sus vecinos, como yo que era uno de ellos. Amaba la Paz y mostraba un “genio” amable con todo el mundo. Cuando ya tenía muchos años, se fue a vivir a una Residencia de la Villa de Almudévar, donde yo iba a visitarlo de vez en cuando.

Era Isidro un hombre de un humor extraordinario y nunca lo he podido olvidar.


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