Llego
a Logroño y ¡caray!, me encuentro con que no tengo nada que hacer y me
convierto en una especie de perro callejero que no sabe donde va. El va y viene
y algo hace, por lo menos le queda el consuelo de mear de árbol en árbol y yo
¡qué quisiera ser como los animales! Lo que hago es desmear mosto, que también
es amarillo, no de árbol en árbol, sino de barra en barra. No se donde duerme el
perro vagabundo; yo más afortunado que él, que no tiene cuenta de crédito,
decido ir a dormir al Gran Hotel. Saco mi carnet de identidad y relleno la
tarjeta de recepción, cosa que no tiene que hacer el can noctívago, que en esta
circunstancia es más afortunado que yo. Subo las señoriales escaleras con mi
pequeño maletín y atravieso el largo pasillo, pisando el viejo parquet, que
cruje lastimero bajo mi peso. El quejido de la madera me pone melancólico y
trato de evocar el eco de las risas de las señoritas que en tiempos pasados,
que no volverán, poblaban las habitaciones de este viejo hotel. Entonces alguno
con sus largos vestidos que cubrían hasta sus botines de tacón acordonados, con
sus elegantes pamelas que cubrían sus cabezas.
Ante
aquel contraste de pasados lujos de ecos, de risas lejanas y actuales crujidos
de maderas viejas , medite un momento: ¡ que vida tan puta!. Al día siguiente
me encontré dos mozos,que estudiaban conmigo y fui asu pensión. Allí son las
risas actuales y caen los minutos en medio de apuestas, quinielas de fútbol, de
toros, de sueldos, de cine,teatro, de viajes, de libros. También los jóvenes
tienen penas y desilusiones y algún desencnato, pero los superan y sueñan y
cantan y “trucándolo” todo en risas actuales,, de suecas en playas canarias,
que no usan pamelas, botones ni batas; un simple “bikini”, que no huele a
rancio como en el Hotel,tal vez un poquito a cremas solares, anibióticos y
hasta antisépticos..
Ante
aquel contraste de soles canarios y brumas nórdicas, de pensiones viles y rancios
hoteles, medité un momento: ¡ yo me quedo en casa!.Juventud el alba de oro es
tuya, ¡Juventud, juventud el alba de oro es tuya, Aleluya, aleluya¡.
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