Como gestor del blog de Ignacio, me ha parecido oportuno, publicar el siguiente articulo de la periodista Mercedes Manterola
, que en el Diario del Altoaragón del 26 de
Agosto de 1990 escribió lo siguiente acerca del perfil del escritor costumbrista que de forma inagotable trabaja en este blog y que yo humildemente le publico en el mismo.
Santiago
”De
Ignacio Almudévar destaca su gran capacidad de observación, y sobre todo, para
la comunicación con los demás, recogiendo vivencias. Prefiere la palabra a la
escritura, aunque reconoce, que a veces, se complementan maravillosamente. ” Es
perfecto ver que hasta las filosofías más difíciles se ven resumidas en una frase popular. Una de mis satisfacciones
es descubrir grandes debates en este tipo de coplas”.
Fruto de esta observación y
comunicación con la gente que ha tenido cerca, han surgido sus artículos y
libros. En Fabla aragonesa, escribió: ”Beyendo chirar o sol”. ” En realidad el
sol está en su puesto y es fijo para el sistema solar. Desde su presidencia, como
todo da vueltas a su alrededor, observa. Lo que pasa es que el sol no lo
explica”. En castellano escribió “Claroscuros”. En ellos ha intentado reflejar
las costumbres, lo que cuenta la gente en los sitios, como cultivan sus
huertos…”Son comportamientos humanos. Antes era más costumbrista. Ahora tengo
una frustración en el sentido de que cuando vas a los pueblos
de cien habitantes, sesenta tienen más de sesenta y cinco años y sólo hay tres
o cuatro jóvenes, que están esperando poder colocarse. Vamos camino de la nada.
La gente se va a la vida urbana, mientras que la rural va decayendo. Luego
añoramos el medio rural desde el
ecologismo”.
Después de estudiar en Guipúzcoa
y Vitoria, Ignacio Almudévar volvió a Huesca con una renovada personalidad
aragonesa, “que, como a mucha gente, se me despertó no en Aragón sino fuera”. Allí observó que la gente cultivaba
su lengua y su personalidad de pueblo, “pero nosotros al ser tan fieles a
España por causas históricas, nos tenían tan seguros que éramos una cosa hasta
despreciable”. Ignacio Almudévar lo compara a la parábola del hijo pródigo.” Al
que se quedó en casa trabajando no se le dio nada, pero al hijo que se fue, le
dieron la mitad de los bienes y cuando volvió se le recibió. Aquí quienes
perdieron fueron Castilla y Aragón, que han sido los fieles, porque se les ha
dado a Cataluña, al País Vasco y a aquellos que eran periféricos y querían
separarse. Nosotros hemos sido tratados como secundarios”.
Ignacio remarca que, aunque Huesca es periferia, sus puertas al
exterior han estado cerradas físicamente por los Pirineos y también políticamente.
Si se hubiesen hecho comunicaciones con Francia, los aragoneses hubiésemos sido
más respetados. ¿No se daba cuenta Madrid de que Huesca era la única frontera
que España tenía segura?. Las demás
estaban en el aire…o están. No creo que Huesca tenga que dejar de beneficiarse
de unas circunstancias geográficas”.
La Fabla
aragonesa.
Cuando Ignacio Almudévar volvió
de estudiar en Zaragoza, empezó a ir por los pueblos. Según cuenta, cuando
conoció a la gente que intentaba recuperar la fabla aragonesa, que formó una
asociación y daba clases, encontró un gran aliciente. Se dio cuenta entonces de
la gran facilidad que tenía para expresarse. ”Después de escribir mucho tiempo
en fabla aragonesa, comencé a hacerlo en castellano y me resultó todavía más
fácil, puesto que en fabla, al ser una
lengua poco cultivada, sin grandes clásicos, era necesario rebuscar en aquello
que habías oído. En cambio en castellano tenía más facilidad para expresarme. Tuve
una época en la que escribía de los aragoneses más próximos a mí, pero llega un
momento en que no escribes, porque somos un fin de raza. Lees en el periódico
que en Aragón se está muriendo más gente de la que nace. Hay un gran
envejecimiento de la población de Huesca”.
Ignacio explica que volvería
rápidamente a escribir en fabla aragonesa, “pero hay que ir por los pueblos, escuchar
y oír las palabras, que son preciosas. Esta lengua muchas veces ha sido
menospreciada y en vez de gente
bilingüe, hemos conseguido ser “mistilingües”, que mezclamos el castellano con
la fabla. No ha habido cultivo de la lengua y, de esta forma, se ha anulado
nuestra personalidad”.
Sobre su vocación tardía de
escritor, Ignacio comenta que tenía que haber empezado de joven, “porque se es
escritor, cuando esa cualidad o calidad de escritor, borra todas las demás
actividades que se realizan. Yo he escrito pero he ejercido de veterinario, agricultor
y lo que he necesitado para ganarme la vida”.
Veinticuatro años de Alcalde.-
Dentro de su vida política
Ignacio Almudévar ha estado 24 años ejerciendo de alcalde de Siétamo. ”Cuando
llegué a mi pueblo, me presionaron para que fuera alcalde. Yo no quería, pero
ahora no me arrepiento, porque eso me llevó a ser diputado tres legislaturas, una
de vicepresidente de la Diputación Provincial de Huesca. Pero también reconozco
que he sido un ingenuo, porque si me hubiera dedicado a lo mío, a respetar a
los demás y a hacerme respetar, hubiera cultivado más mi propia personalidad. Pero
lo único que he conseguido es ser criado. En la Diputación he encontrado más
satisfacciones, ya que he podido viajar por la Provincia, ahondar en su
problemática y hablar con gente que sabe más que yo. En cambio, siendo alcalde tienes
que dar la cara por los de abajo, por los de arriba y no se consigue nada”.
Ahora, después de esta larga
experiencia, Ignacio asegura que no quiere volver a la política. ”Sólo aspiro a
poder vivir en mi casa con mi familia y mi retiro; poder vivir de una manera en
la que pueda cultivar la lectura y la amistad”. Escribir también le gustaría,
“pero a mí me interesa y estimula la comunicación y me entra la inspiración
cuando he hablado con los demás”.
“Somos un fin de raza”.
Ignacio Almudévar nació en
Siétamo en el año 1930.Cuando comenzó la Guerra Civil se trasladó a Huesca con
su familia y después estuvo en Jaca y en Ansó. Volvió a estudiar a la capital
oscense y más tarde continuó sus estudios en Guipúzcoa y en Vitoria. Según
comenta, la estancia en esas provincias, le llevó a despertar su personalidad
aragonesa. Más adelante se trasladó a Zaragoza, para estudiar la Carrera de
Veterinaria. Cuando volvió comenzar a trabajar en Siétamo como agricultor y
ganadero, Ignacio Almudévar, comenta que su afición por escribir es una
vocación tardía que descubrió cuando se le presentó la oportunidad de asistir a
unas clases de fabla aragonesa, en las
que escribió varios artículos. Ha publicado dos libros, uno en
aragonés,”Beyendo chirar o sol”, y otro en castellano, ”Claroscuros”, además de
colaborar en varios libros y con sus artículos en el Diario del Alto Aragón y
en el Heraldo de Aragón. Posteriormente, escribió y le publicó el Instituto de Estudios
Altoaragoneses, bajo la dirección de Francho Nagore, el libro “Retablo del Alto
Aragón”.
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