El marino Luis Almudevar. |
Te
voy a contar un cuento. ”¿A dónde irá ese barquito que cruza la mar serena?. Unos
dicen que “pa” Cádiz y otros que “pa” Cartagena.
Al
oír esta canción queda uno embelesado y enamorado del mar. Este, ”llega a
hacerse imprescindible como un gran amor”. Así se expresa Rosa Paz, añadiendo
que la mar, como la tierra, resultan a veces amargas. El barquito de vela,
vela, que no se sabe si va “pa” Cádiz o “pa” Cartagena, sí es pesquero, lo más probable es que vaya a parar
secuestrado a un puerto de morería. Ya tiene bastantes motivos de sufrimiento
el marinero con su propio trabajo, con su soledad, sobre una cáscara de nuez,
que bailaba y rebailaba por las olas que vienen no se sabe de donde. Sólo
le sirve de referencia el sol, si luce, y le amarrarán a tierra el recuerdo y
el amor de los suyos que, cansados de
tanta espera, unas veces exclaman: “¡Me “cagüen” la mar serena!. Y otras dicen:
¡Me “cagüen” la mar salada!”.
Es impresionante
ver enterrar a un ser querido en la tierra, pero queda el consuelo de ir a
rezar a su tumba y depositar sobre ella un ramo de flores. Pero yo creo que es
más impresionante ver sumir en las aguas el cadáver de un marinero. Su tumba
será insondable en lo profundo e inabarcable en su extensión. Su madre, sobre
una roca, pronunciará una oración, de la que harán eco los acantilados, las
olas y las borrascas. ¡Luego dicen que el pescado está caro!.
Los
oscenses estamos acostumbrados a navegar por la tierra y cuando uno de nosotros
trabaja mucho, se le dice:¡ cuánto navegas!. Navegando con el tractor sobre
“torrocos”, se destroza la columna
vertebral. Navegando sobre la más mullida superficie de las olas del mar se
destroza la columna con los reumas. Todo es navegar. Incluso navegamos por la
vida.
Antiguamente
los aragoneses buscaron la salida al mar por el Ebro, que dicen que es más estrecho
que el mar, pero de largo ¡habría que verlo!. Los catalanes nos cortaron la
capa y eso que dicen que hasta los peces del mediterráneo llevaba las Barras de
Aragón.
También
algunos aragoneses, como mi hermano, se han lanzado a la mar, irónicamente, los
llamamos marineros de secano. Rosa, tu tema si que interesa y tiene que ver con
Huesca, porque también hay oscenses enamorados del mar. Como tú.
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