lunes, 15 de febrero de 2021

Danzantes.-

 


 

 Sras. y Sres. Aquí estoy para cantar y contar los méritos de los danzantes oscenses, en esta fecha próxima a San Jorge, en unos momentos históricos en que se da un enorme movimiento de resurgimiento de la vitalidad de los dances oscenses, sentidos y vivido por todos los hijos de la ciudad natal de San Lorenzo, que es Huesca, y aquí estoy para poner  de relieve a los ex-danzantes, que lo fueron y que son los receptores de un “danzante de oro”, como expresión de su grato recuerdo de haberlo sido, de la nostalgia vivida durante esos años en que no han danzado y del  agradecimiento de la Agrupación de Danzantes en su propio nombre y en el de la ciudad de Huesca. Si aquí estoy para contar y cantar el honor que sienten los danzantes oscenses, cuando salen a danzar, con lágrimas en los ojos, cuando llega San Lorenzo, cuando empieza a vibrar la música, que los contagia a todos; sí a todos pues entra en los corazones un hormigueo, un marcar el ritmo de la danza en todos, y en cada uno de los oscenses, que salen a la calle, que se asoman a los balcones o conectan

sus aparatos de radio, cuando oyen que vienen los danzantes.  Si, pero antes de que llegue la Gran Fiesta de San Lorenzo nos encontramos con estos días de San Jorge, Patrono de Aragón y estos días, muchos ciudadanos de Huesca subirán al Cerro de San Jorge y recordarán la batalla del Alcoraz, que fué‚ la oportunidad de que el Alto Aragón se librara del dominio musulmán, y de que el pueblo empezara a organizarse según sus costumbres y religión, con San Lorenzo como su Patrón. Existe un paralelismo entre la vida de San Lorenzo y la de San Jorge, porque los dos vivieron y murieron en la época de los emperadores romanos y con los principios del Cristianismo, dando ambos muestras de su enorme amor a los pobres. Hay un libro francés que dice que San Jorge nació en Capadocia de familia noble e ingresó en el Ejército Imperial, siendo emperador Diocleciano, que por cierto se convirtió en uno de los más crueles perseguidores de los cristianos. Jorge se dio cuenta de que lo iban a matar, si no renunciaba a su fe y como prefería morir por ella, vendió todos sus bienes y los repartió entre los pobres. Aquellos primeros cristianos se amaban mucho y se acordaban de los necesitados, que por cierto afán ¡siguen estando entre nosotros; recordemos al mártir oscense Lorenzo, que fue‚ martirizado bajo Decio y que se dedicaba a proteger a los pobres de entonces. Pero San Jorge no sólo tenía pensamientos cristianos, sino que los manifestó al Emperador, diciéndole: "Si, cristiano soy, y de este nombre me glorío, no aspirando a mayor dicha en esta vida, qué a darla, derramando toda mi sangre por aquel Señor de quien la recibí". El acero, el fuego y la cal viva atormentaron al joven, para acabar decapitado el 23 de Abril del año 290. La gente se pregunta como a San Jorge, no siendo aragonés, lo han hecho Patrón de nuestra Patria Aragonesa. Cuando él vivía y hasta muchos años después, no existía Aragón como tal nación y era simplemente una parte de la provincia romana, llamada Tarraconense, aunque ya entonces Osca destacaba como Vrbs Victrix, amante de la cultura, en la que Sertorio fundó una escuela que llegaría más tarde a ser Universidad Sertoriana y Zaragoza era la Gran Cesaraugusta.  



 Si, estoy aquí también porque me ha llamado Victorino Solanes Ramón, clásico hortelano oscense, que tuvo su huerta en el barrio que está debajo de la Calle San Martín y qué como tantas otras, ya ha desaparecido por obra de la ¡construcción de un nuevo barrio, pero a mí me queda la amistad del viejo hortelano y dos cipreses, de los que,

él ya no se acuerda, cuando tuvo que dejar su huerta y que me los regaló y que siguen creciendo, de la misma forma que Victorino y yo vamos bajando en fuerzas físicas, aunque, él va creciendo en el historial de la Ciudad de Huesca, pues ya hace muchos años que entró a bailar en los danzantes, el año 1933 y como he dicho la pérdida de fuerzas lo hizo entrar como Mayoral de los Danzantes el año 1971, con lo que ahora lleva 28 años, lo que le convierte en el oscense que más tiempo ha ocupado dicho honorable cargo.

¡Dios mío!, ¿qué tiene el dance, que se apodera del oscense, como se apoderaron de San Lorenzo el fuego y el martirio,

pero con amor, dedicado a todos los hombres, como se ha apoderado de Victorino, que murió el año 1970.

El Mayoral era como el director de los danzantes, con los que se compenetraba perfectamente, ya que Victorino, al elevarles su bastón, acelera o lleva a cabo el ritmo del dance.

Es un honor para los oscenses tener a sus danzantes y es un privilegio para ellos, tener pendientes a los hijos de Huesca de sus dances, unas veces haciendo sonar sus espadas a lo largo de la procesión de San Lorenzo, otras veces cambiando el sonido metálico de las espadas por el sonido de la madera, más severo que el de los aceros y otras danzando con las finas y sutiles cintas, haciendo participar de su delicada actuación a los asistentes.



¡Dios mío!, ¿qué sonido compone la música que mueve a los danzantes? que les hace entrar en trance y les agita su corazón y se ponen con el mismo ritmo en movimiento y danzan, unas veces sobre  la plaza de San Lorenzo, u otras en marcha, recorriendo el Coso desde el Alto al Bajo, despertando a los oscenses, unidos a los danzantes por el ritmo que se les introduce dentro de sus cuerpos, que corren para verlos y oírlos y acompañarlos en su danza, y en todo este ambiente danzaron. Se halla inmerso  Huesca, con sus campanas sonando, con los oscenses que vienen de fuera, acompañados por sus parientes y amigos que los acogen y van siguiendo a los danzantes hasta la misma Plaza del Santo y allí se concentra la multitud de Huesca, unida, apretada, y donde algunos aparecen tratando de colgarse en las rejas de las tiendas, juntos unos a otros  en los balcones del coso y Plaza Laurentina y algunos lo ven todo, otros en cambio ven

muy poco, pero todos viven y gozan y bailan en sus cuerpos y sus almas, con la esperanza puesta en San Lorenzo, el joven y casi eterno santo, manifestados estos hechos acompañados por el verde de la albahaca aromática, que lleva el mismo santo acompañando a la fruta que los hortelanos, como Víctor Solanes, desde siempre le han guardado y le han puesto y le ponen en la peana delante de la imagen.

¡Oh la albahaca!, que huele a San Lorenzo, mientras bailan los danzantes en la Plaza y en la Iglesia, por el Coso y por las calles y en las casas ya llega el día 10 de Agosto con amor, con esperanza, recordando a los oscenses que se fueron, al Sagrado Retiro del Descanso, acompañados en tal día por la albahaca. ¡Que extraña planta!, que llega a hacer que los oscenses quieran que aspiren su aroma aquellos que duermen por los siglos de los siglos, y allí,  al Camposanto, acuden multitud de oscenses a hacerles participar de San Lorenzo, festejado por el dance, con matas de albahaca, que por un tiempo, yo creo que crean una ilusión en sus gentes.  Si que es un privilegio el ser danzante de Huesca, pues no todos los que lo pretenden pueden llegar a serlo plenamente, aunque cuando llega la fecha del Santo Patrón, todos los oscenses somos como unos danzantes, aunque sin espadas, sin palos y sin cintas, pero con el corazón unido al de los danzantes íntegros e integrales.  

Tenía todos los años, el principal danzante Director de la Banda una reunión con el Alcalde José Antonio Llanas, el día de San Lorenzo. Lo esperaba dicho alcalde, en el patio del  Ayuntamiento, y en su casa consumían un vermut con tacos de jamón y queso y acudían varias personalidades, entre los que se encontraba Don Cecilio Serena. Estos hechos ocurrían cuando acababa la procesión de San Lorenzo, sobre la una poco más o menos.

Es un honor para los oscenses tener a los danzantes y es un privilegio para ellos, tener pendientes a los hijos de Huesca de sus danzes, unas veces haciendo sonar sus espadas a lo largo de la procesión de San Lorenzo, otras veces cambiando ¡el sonido metálico de las espadas por el sonido de la madera, más severo que el de los aceros y otras danzando con las finas y sutiles cintas, haciendo participar de su delicada actuación a los asistentes.

¡Dios mío!, ¿qué sonido compone la música que mueve a los danzantes? Que les hace entrar en trance y les agita su corazón y se ponen con el mismo ritmo en movimiento y danzan, unas veces sobre la Plaza de San Lorenzo, u otras en marcha, recorriendo el Coso desde el Alto al Bajo, despertando a los oscenses, unidos a los danzantes por el ritmo que se les introduce dentro de sus cuerpos, que corren para verlos y oírlos y acompañarlos en su danza, y en todo este ambiente en que danzaron, se halla inmerso Huesca, con sus campanas sonando, con los oscenses que vienen de fuera, acompañados por sus parientes y amigos que los acogen y van siguiendo a los danzantes hasta la misma Plaza del Santo y allí se concentra la multitud de Huesca, unida, apretada y donde algunos aparecen tratando de colgarse por las rejas de las tiendas, juntos unos a otros en los balcones del Coso y Plaza Laurentina y algunos lo ven todo, otros en cambio ven muy poco, pero todos viven y gozan y bailan en sus cuerpos al joven y casi eterno santo, manifestados estos hechos acompañados por el verde de la albahaca aromática, que lleva el mismo santo acompañando a la fruta que los hotelanos, como Víctor Solanes, desde siempre le han guardado y le ponen en una peana delante de la imagen.

¡Oh la albahaca!, que huele a San Lorenzo, mientras bailan y  los danzantes en la Plaza y en la iglesia, por el Coso y por las calles y en las casas ya llega el 10 de Agosto con amor, con esperanza, recordando a los oscenses que se fueron al Sagrado Retiro del Descanso, acompañados en tal día por la albahaca. ¡Qué extraña planta!, que llega a hacer que los oscenses quieren que aspiren su aroma aquellos que duermen por los siglos de los siglos, y allí, en el Camposanto, acuden multitud de oscenses a hacerles participar de San Lorenzo, festejado por el dance, con matas de albahaca, que por un tiempo, yo creo que crean una ilusión en sus gentes.   

Es un homenaje, es un reconocimiento de sus méritos, de su amor a la ciudad de Huesca y a su Patrono San Lorenzo. Para ellos es un recuerdo inefable de su privilegiada actuación danzando con  espadas, con palos y con cintas en tiempos pasados, cuyo recuerdo llevan consigo siempre, pero de un modo más intenso cuando llegaban las Fiestas de San Lorenzo cada año. Y casi enfrente de la Plaza de San Lorenzo, me complace recordar la Confitería del señor Vilas, donde todo el mundo compraba castañas de mazapán. Me acuerdo de Don Antonio Vilas, hombre pequeño de tamaño, con ojos muy vivos, activo y dialogante. Pero tuvo mucha dificultad para pasar a Francia, porque al escapar a ese País, pues al llegar a la frontera, iba acompañado por mi abuelo de Siétamo, por Viñuales de Liesa y con Juan de Morrano, pero al legar a la frontera, no se sabe que verían en su persona, que no dejaron entrar. Unos dicen que era feo. Pero a Joaquín lo dejaron pasar a Francia de un modo triunfante y yo creo que por los ricos sabores que llevaba a los franceses.  

En estos momentos de recuerdos alegres, no puedo olvidar a la jotera Camila Gracia, ya que su muerte fue sentida en Huesca de un modo trágico, y se le hizo un entierro en la

Catedral, del que nunca me olvidaré, porque le cantaron en el ofertorio la Magallonera y se la volvieron a cantar en la Plaza de la Catedral. Bajaron con su féretro  desde la Plaza de la Catedral al Casino Oscense y los oscenses querían prolongar su despedida.

Fueron las emociones de la despedida a la Jotera como si el pueblo desease prolongar su contacto con la Jotera Camila Gracia.

Estaba la ciudad de Huesca triste y llorona, pero la peste que nos ha invadido y se ha llevado al Otro Mundo a tantos ciudadanos y a tantas ciudadanas, ha dejado a su población triste y abandonada.

¡Que vuelvan a sonar las campanas de San Lorenzo en la ciudad de Huesca y sus calles bailadas por los danzantes, hagan volver la vida alegre a sus ciudadanos!.

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