sábado, 13 de febrero de 2021

Hoy, día 2 de Octubre de 2.020, se está muriendo mi última hermana.

         


 

Yo no se si llamar muerte a esta despedida de la vida o considerarla una despedida de esta vida mundana o  mundanal, para pasar de este mundo, al Cielo Definitivo. Porque mi única hermana que todavía se encontraba viva de otra hermana y cuatro hermanos, que me han acompañado por la vida, se está marchando sin sufrir de esta vida a la eterna. Otros tres hermanos y la hermana mayor Mariví, ya se despidieron de esta vida hace ya años, pero ella, ha trabajado durante noventa y un años, ayudándo a sus hermanos después de muerta nuestra buena  madre Victoria. Entonces ella  cuidaba de su padre y de sus hermanos, sin dejar de estudiar, tanto que emigró al Canadá, donde enseñó como Maestra de los niños y como enfermera de los canadienses. Volvió a Huesca después de largos años de trabajo y en esta ciudad, ha alcanzado una despejada vejez.



Si, ha sido despejada porque, hace dos día solamente, estuvo con su sobrina Mercedes en Zaragoza,  dominada por el optimismo, comprando incluso alguna ropa para su uso.

Hoy,  dos  de Octubre de 2020, ha venido  a Siétamo para explicar a dos profesoras, aquellos años primeros de su vida, antes de la Guerra Civil,  en que se aproximaban aquellos tres años de que llegara dicha Guerra cruel. Los sufrimientos, que pasó el pueblo sencillo en esa época de 1936, en que comenzó la Guerra Civil.  Se quedaron en un salón, con sus aparatos para grabar explicaciones de los hechos históricos. Yo no estaba presente durante su grabación, pero se que mi hermana les habló sobre sus sentimientos de niña, durante su asistencia  a  la  escuela. Tenía un sueño repetido de que se le acercaba un perro  y que a medida que llegaba la Guerra, el perro iba aumentando de tamaño, hasta convertirse en un gigante, que le atacaba. Efectivamente que la aparición de tal perro, producía espanto a mi entonces hermana y uno de aquellos días, estalló el espantoso ruido de la Guerra, más violento todavía que los ladridos del perro , que cada día se crecía.

 Y mi hermana acompañada por su familia, ya había huido con su familia de Siétamo a Huesca. Y muchos de los niños de Siétamo, que no habían  huído del mismo, se vieron avocados a subir a un camión, al que iban subiendo poco a poco. Pero del Cuartel General, salió un oficial republicano, que no quería  qué desde el poder se hicieran dueños aquellos sindicalistas, que al principio de la Guerra Civil, ya estaban organizando un poder absoluto, y ordenó que aquellos niños y niñas que habían ocupado la caja del camión, bajaran de él y no fueran llevados como unos falsos voluntarios al destierro de Rusia. 

Yo no estaba presente  en el salón en qué las dos profesoras hablaban con mi hermana e ignoro sus palabras, pero en un momento en que el anciano cerebro de mi ya mayor hermana, les explicó sus terribles recuerdos de la Guerra del 36,”empezó a huir el pensamiento de su cerebro,” entré en el salón donde habían mi hermana y sus dos cultas interrogantes y vi a mi hermana, que se acostaba y que su cerebro , después de noventa y dos años de vida, ya no pensaba como había ocurrido, durante cerca de un siglo. Se acostó o mejor dicho la ayudaron a adoptar una posición de reposo y ya no pronunció más explicaciones de aquella vida humana. Acudió un sacerdote que quería unir su vida fisiológica y real a la vida eterna y ella, auxiliada por mi esposa Feli, yo creo que sin sufrir, se marchó de esta vida.

Las dos señoras que la habían entrevistado y habían hecho transmitir a la sociedad, los pasos que acompañaron a mi hermana hacía ya muchos años, recogieron sus aparatos  y tuvieron que marcharse  a la capital de Huesca, donde podrán comentar la despedida de mi hermana María, desde este mundo al otro, que hace que los seres humanos, entren en contacto directo con Dios.   

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