Cuando en mi juventud ejercía de
Veterinario en Bolea, subía sobre mi moto desde la Hoya de Huesca a la Montaña
pirenaica. Era aquel terreno una larga Sierra, de la que se ascendía a los
Pirineos, y los habitantes de Bolea, se comunicaban con Ayerbe por cerca del
pueblo de Aniés, pasando después por debajo del Castillo de Loarre y llegar
enseguida al pueblo del mismo nombre. Están muy cercanos el maravilloso
Castillo de Loarre y este pueblo de Loarre, que parece que dependen uno de otro. Hace mil años que
se erigió dicho Castillo y cuando uno mira a lo alto encuentra el Castillo
mirando al pueblo y éste observando el Castillo. Desde Loarre mirando al Castillo,
ven esa “trinchera natural de peñas sobrecogedoras” y otros admiran la
“impresionante muralla natural”, porque mirando desde Loarre el Castillo ven
como si los arquitectos de dicho Castillo hubieran querido hacer de su obra
arquitectónica, uniendo las rocas naturales con las piedras labradas por el
hombre. Consiguieron hacer una obra uniendo la Arquitectura con las rocas de la
Naturaleza. ¿Quién fue el Rey navarro-aragonés que creó esta unión entre la
Arquitectura y la Naturaleza?. Esta colosal fortaleza , hoy Castillo románico
mejor conservado de Europa, a un Reino Vasco- Navarro -Aragonés, es la que
mejor se conserva. Da una imagen de un “personaje medio hombre, medio
castillo”, que se colocó en aquel monte, señalando el Sur de Aragón, en el
Monte de Loarre y encima del monte de Bolea. Este Castillo fue construido entre
1.015 y 1,023 por el Rey navarro Sancho
III el Mayor de Navarra. Desde el lugar en que se encuentra este Castillo,
tienen nombre vascuence Bolea, Loarre y Ayerbe, que en tiempos pasados fueron
habitados por sus habitantes que hablaban el vasco. En Loarre estaba la casa
donde nacieron los Coarasa, apellido vasco, habitante durante siglos del Alto
Aragón, y que se casó uno de ellos en Torralba de Aragón.
El nombre de Loarre, en vasco corresponde
a una enorme muralla natural. Bienvenido Mascaray, contó como Cristóbal Guitart Aparicio en Castillos de Aragón,
escribe que “al este y sur del castillo
encontramos el amplio espacio , hoy yermo, donde se asentó la primitiva villa
de Loarre” y añade citando a D. Antonio Durán Gudiol que en el exterior de la
fortaleza “se asentó la villa de Loarre”. En el año de 1.505 se bajó la villa
de Loarre al lugar que hoy ocupa. La antigüedad del solar del Castillo es muy
vieja porque Loarre es un topónimo ibérico, como escribe Bienvenido Mascaray
“enclavado en un entorno inexpugnable sobre un impresionante roquedal y
dominando los llanos de la Sotonera se levanta una de las principales
fortalezas románicas europeas”.
Hoy me han subido a Loarre a
contemplar la belleza de su paisaje y a saludar a la familia de Santiago Yebra
y de Yolanda Cañardo, padres de Iván, novio de mi nieta Belén, pero que además
de tan cariñoso saludo, hemos contemplado extensiones de almendros, que han
plantado al lado del pueblo de Loarre, desde cuyos árboles, se contempla el
antiguo y bello castillo, que vigila el espacio, que desde él, se contempla la
Hoya de Huesca.
Esta ha sido la ocasión de
contemplar aquel paisaje montañoso que se derriba en la Hoya de Huesca.
Mientras yo acompañado por mi esposa nos hemos colocado debajo de un almendro,
en el que he cosechado dos almendras, ya fuera de la campaña de recolección.
Mi nietas acompañada por su madre
y por mi esposa, se han quedado revisando las múltiples almendreras que por
aquellas laderas serranas se extienden. Yolanda esposa de Santiago, dadas mis
dificultades para caminar por aquellos almendrerales, me ha llevado a su casa,
en que me ha procurado un cascanueces para consumir mis dos almendras. Han
llegado a casa la madre de Belén y mi esposa y nos han procurado una excelente
merienda. Hemos hablado de la belleza de aquellos almendros, que viven mirando al Castillo y nos vamos bajando hacia
la calle.
Antes de llegar a ella, hemos
penetrado por un larguísimo túnel ,que se va introduciendo en la Montaña. Pero
el padre de Iván, a saber Santiago, que tiene como profesión la de albañil, ha
dado a esa larga bodega que penetra en la Montaña, un aspecto que recuerda la
unión del destino con ella de una bodega del pueblo de Loarre, poniendo en una
de sus paredes oblicuas una escultura del Antiguo Castillo de Loarre.
¡Que fe tienen en Loarre de su unión con el Castillo!.
El albañil Santiago dicen que tiene algún dolor en su cuerpo, pero en su mente y en su corazón, arde el amor a esa antiquísima tierra de Loarre, en la que uno sueña al contemplarla.
Me gusta leer sus escritos que rezuman amor a la tierra
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