Se leen en los
libros cosas que parecen mentira, pero que no lo son. Muchas veces pasamos por
la vida sin observar hechos reales y si nos fijáramos más en ellos tomaríamos
ejemplo para actuar en nuestro medio ambiente con más sofisticación.
Circulaba en
moto por la carretera de Almudévar y observé que en los cables del telégrafo,
una multitud de gorriones, que en ellos estaban posados, armaban una gran
algarabía al mismo tiempo que agitaban las alas y miraban hacia abajo. Paré,
quedé inmóvil y dirigí la vista hacia el mismo lugar al que miraban los pájaros
y contemplé lo que tantas veces me habían contado y había leído: una culebra
alzando la cabeza y el cuello sobre el resto de su largo cuerpo enroscado,
formando una base circular, estaba hipnotizando a un gorrión; éste se
mantenía a escasa altura sobre la
serpiente, agitaba sus alas sin desplazarse ,haciendo lo que no había visto
hacer mas que a las aves de rapiña, cuando se van a lanzar sobre su presa. En
este caso esa inmovilidad en el espacio no era para cazar, sino para ser
cazado. Los pájaros que posaban sobre los cables, trataban por medio de sus
cantos desesperados de sacar a su compañero de la hipnosis a que lo tenía
sometido la culebra. No lo lograban
porque el pajarico cada vez, poco a poco, se encontraba más cerca de las
fauces del reptil. Parecían desesperados, al ver que su solidaridad no iba a servir para nada. Era la misma
angustia del que ve como van a chocar
dos trenes, que se da cuenta de que van a morir otras personas y se encuentra
impotente para evitarlo.
Yo pude evitar
que se consumara la tragedia pajaril,
lanzando una piedra cerca de la serpiente que huyó a esconderse liberando al
gorrión de su mirada penetrante, que pudo ir a reunirse con sus congéneres.
Esta situación
me recuerda la de los espectadores de una corrida de toros, que gritan
alborotados, para avisar al peón despistado de que le va a acometer el toro por
la espalda. Otra muestra de solidaridad es la de aquel que en la carretera, te
lanza una ráfaga de luz, para avisarte, por ejemplo en casos de niebla, de que
la llevas apagada.
Más mérito
tienen aquellos donantes de sangre que siempre están dispuestos a salvar la
vida de otros hombres.
Pero toda la
sociedad debería volcar su solidaridad para salvar a la juventud, cuyos
miembros como inocentes pájaros son
hipnotizados por la serpiente de múltiples cabezas, que trata de inocularles la
drogadicción en sus diversas variedades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario