De todos es
sabido que los gigantes de Huesca son los mismos de siempre y sin embargo son
otros. Tal vez ellos padezcan problemas de esquizofrenia, ya que su
personalidad es doble, la antigua que ha pasado al rincón de los recuerdos y la
actual más leve, más ligera porque sus huesos no son de madera, sino de
materiales plásticos. En cambio el pueblo no tiene con respecto a tan altas
personalidades, problemas de identificación porque siendo otros, son los de
siempre.
Fuí el día de
San Lorenzo a conocerlos y estaban alineados de espaldas al muro de su templo, esperándolo.
Como en el
chiste a los dos hombres los reconocí en seguida, en cambio ellas me parecieron
nuevas, sin duda que precisamente por ser nuevas o modernas, se escaparían a la
playa y su cutis se diferenciaba del de sus "socias", de sus otras
"yo" por estar moreno, que es lo que ahora se lleva, ya que antes el
canon de la belleza exigía,para las altas damas una piel blanca como la leche. Eran
las damas de baja cuna las que tenían derecho a estar morenas, aunque
procuraban evitarlo con velos, pañoletas y sombreros de paja de ala ancha y de
ello nos da testimonio la baja dama llamada por el pueblo"la agüeleta, cabeza
de mosqueta" que se cubría con pañoleta,optimista ella,de colores.Cuando me
aproximé a ellos ,para darles la bienvenida y conocerlos, no me dijeron nada
pero en su nombre me dieron explicaciones dos señores de Loporzano que allí se
encontraban; lo sabían todo porque habían vivido toda la gestación y nacimiento
de tan nobles personalidades. Como el agua que viene a Huesca nos llega del
Somontano, los gigantes han nacido en Loporzano y esos hombres estaban
orgullosos de haber colaborado con el artista creador que no "ye"(en
aragonés) de Loporzano sino que "ye"(en bable) de las Asturias de
Oviedo.
Decían los
somontaneses que el artífice no había buscado el dinero,sino la perfección de
la obra para la que miró los mejores materiales y las más bellas telas.
Se encontraba también
en la tertulia de gigantes, cabezudos, gitanos portadores y somontaneses, el Doctor
Mateos, felizmente jubilado y tan amante de nuestra Tierra que cada día comulga
con ella por medio de un litón (almez).Como ya conocía la fisonomía y exterior
de los gigantes y aprovechando su presencia lo invité a realizar una endoscopia
a lo que con su amabilidad característica ,accedió gustoso, no hizo falta
bisturí porque, sencillamente con abrir la enorme bragueta sin cremallera ni
nada pudimos contemplar ese gigantesco mundo interior. Lo que más nos llamó la
atención a ambos fué lo que le dijo la zorra al busto: “tú cabeza es hermosa,
pero sin seso”. Eso no constituye problema para los gigantes pues los gitanos
portadores, entusiasmados con su caballo de Troya, suplían la carencia; ese
problema es grave cuando la carencia afecta a algún responsable del bien común.
En esa
endoscopia me enteré, también de lo que antes he dicho; que los huesos eran de
plástico. El doctor Mateos y este humilde veterinario quedaron muy satisfechos
al contemplar tan original anatomía.
Los gigantes
viejos dicen que sirvieron cien años al pueblo de Huesca, ojalá que estos duren
otro tanto y que ustedes los puedan ver.
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