miércoles, 19 de agosto de 2020

Las brujas. (7-X-79)


      
   
¿Has estado en el Congreso de Brujología?. No, chico, es que sabes, estas escobas de ahora no valen para nada  y cualquier ráfaga (volada) de aire, te las dejas escodadas. Pero, ¿también tú crees en esas cosas?, pregunta el licenciado. De momento, me siento  disminuído. Me repongo y le digo lo que le dijo el gallego, pero en aragonés: no creo en las brujas, pero “ habene ,en hay de brujas”, y lo sé, porque he conocido y conozco  alguna de ellas e incluso algún brujo. Se lo toma a cachondeo, y le digo: si  quieres  ya te presentaré una. Ahora el disminuido parece el profesor, aunque no fue mi intención apocarlo. Todos me  piden que les presente alguna bruja, pero como ellas no poseen teléfono, ni tengo el libro de  San Cipriano para convocarlas, se quedan con las ganas. Cierto que también se las puede llamar quemando hojas secas de higuera, pero en los Porches no hay higueras, aunque las ruinas estén cerca, y si las hubiera, el guardia nos impediría hacer una hoguera en un lugar tan céntrico.
Como no se puede  cercionar con sus propios ojos, ponen fe en mí y me dicen:¿pero tú has vito volar alguna bruja en su escoba?. Les contesto la verdad: yo he visto volar brujas sin escoba, y he visto volar escobas sin bruja. ¡Qué difícil lo pones!, No tanto; la gente llama brujas a esos remolinos que forma el aire antes de las tormentas, y que son, en pequeño igual que los tornados que salen en las películas americanas. Esos tornados son brujas malas, porque acarrean desgracias, pero nuestros pequeños remolinos son más bien, para mí, duendes traviesos que son brujas. También he visto volar escobas sobre nuestrascipriano cabezas infantiles, dis- paradas por mujeres más o menos brujas, más cuando no tenían motivos para pegarnos y menos o nada, cuando nuestro comportamiento era el de auténticos duendes. Ahora nadie pega escobazos a los niños, porque aparte de que los mangos se rompen, ya que no son como los de antes, y van y te denuncian. Y de brujos ¿qué me dices?. Yo conocía a uno, que era muy buena persona y tenía el libro de San Cipriano¸una vez le robaron un arado y leyó dicho libro para que el ladrón se quedara, de por vida, cruzado en una cama. Essan te labrador se tomaba la justicia por  mano de San Cipriano.
Si alguno de ustedes se ve en tal situación, procúrese de u Libro de San Cipriano. Aquíno quedan, pero me dijeron que se puede adquirir en Portugal. Lo entenderán, porque el galaico-portugués se parece al aragonés.

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