Desde Siétamo, en determinadas circunstancias y sobre la Sierra de Arangol, se ve la cumbre del Turbón, como desde la presa del Pantano de Barasona, se pueden contemplar además del Turbón, Cotiella y otros altos montes. Estas vistas demuestran que aunque, a veces, los altoaragoneses nos creemos lejanos, estamos en la misma zona geográfica. Esta presa se levantó el año 1929 sobre el río Esera, que inundó el pueblo de Barasona y en la superficie del agua, según la plenitud del pantano, se ve asomar la torre de la iglesia. También quedó arruinado el pequeño pueblo de Cancer, a la orilla del Pantano de Joaquín Costa, cuyas aguas enriquecieron a otras comarcas, pero dejaron que los habitantes de Cancer dejaran abandonadas sus casas, entre cuyas ruinas se contempla su iglesia, con el mismo destino que las viviendas. Siguiendo la carretera, a siete kilómetros de Graus, se asienta el pueblo de Pueyo de Marguillén. Según Madoz por los años de 1850 limitaban por el Norte, Barasona y Cancer con Capella. Durante el dominio visigótico a la parte norte de la Ribagorza la llamaban Terra Ripacurciense y a la parte situada al sur, Terra Labitolosana. En el siglo IX, la Ribagorza dependía del Condado de Tolosa. Cuando remataba el siglo, el Conde Ramón I se separó del dominio de Tolosa, creando un condado independiente, con los monasterios de Obarra, Alaón y San Pedro de Tabernas. Ramón II levantó la Catedral de Roda y el rey Sancho Ramírez conquistó a los moros Graus en 1083. Esta tierra de los antiguos vasco-ibéricos se convirtió en una tierra sin fronteras, pues entraron los visigodos, que tuvieron cecas de monedas en Boltaña y Gistain. Después llegaron los romanos, que dejaron Labitolosa en la actual Puebla de Castro. No había fronteras porque era una zona pirenáica, común con el Midi francés,donde llegaron, más tarde los moros. Pero el Pirineo, con sus enormes montañas, que ponían dificultades en el paso por ellas de los hombres, ayudó a que se creasen fronteras. En la Ribagorza lucharon el aragonés, el catalán y el castellano, ya que en Benabarre se hablaba en una forma parecida al catalán y, en cambio en Barbastro, se hablaba el castellano, después del Compromiso de Caspe. En una revista quincenal de 1884, fecha ligeramente posterior a la obra de Madoz, explica como un habitante de Barasona, encontró en el monte de Cancer un relicario de San Bernabé, del que la catedral de la ciudad de Tolosa posee la cabeza del citado apóstol. Esas reliquias eran veneradas desde remotos tiempos. De ellas se escribía en los documentos parroquiales, pero sin expresar el nombre de San Bernabé hasta el año 1777.Pero la revista escribe que “por los años 1580 ya consta en los escritos guardados en el archivo de su parroquia la existencia de las aludidas reliquias de San Bernabé. En un inventario de esta fecha, se lee esto: una arquilla de reliquias sin título ni certeza de ellas”. Un miembro de la casa de Rosico de Barasona, estando labrando, se dio cuenta de que los bueyes al pasar al lado de unos matorrales de boj, uno de ellos doblaba sus rodillas, lo que le hizo mirar la causa de tales reverencias. Encontró una arquilla, con las reliquias citadas de San Bartolomé… Fueron a parar a la iglesia de San Miguel de Cancer”, donde se custodia y recibe constante culto desde una época remotísima”. El Obispo de Barbastro ordenó en 1605 y en 1609 ,que se hiciesen dos llaves,una paral arquilla de las reliquias y otra para la puerta del armario, que guardaba las reliquias de San Bartolomé. ¿Quien fue el que trajo tan preciadas reliquias a Cancer?. Dicen que hubo un esclarecido personaje, nacido en dicho Castillo de Cancer, de donde era Señor, que llegó a ser Gran Maestre de la Orden Militar de San Juan, que sufrió persecuciones y se refugió en su pueblo, donde se conservaban las reliquias, pero ante el peligro que continuaba contra su persona, se refugió por lo más enriscado y fragoso de las montañas pirenáicas”, para pasar a Francia. “Dice Moner en su Historia de Ribagorza que por los años de 1562 era Señor de Cancer D. Juan Nadal de Cervuna, de Fonz”. Pero en los años de 1884, el párroco Sr. Escuer habló con el Señor D.Luis San Juan, vecino de Huesca y Señor de Cancer, le preguntó y el Señor le respondió que “debía existir alguna auténtica (historia) cuyo paradero es desconocido”. La relación de este suceso la hizo el párroco de Cancer en los años de 1884 y se la contó el cura de Barasona, que a su vez la recibió de su tío el párroco de Pueyo de Marguillén, aproximadamente por los años de 1840. De todas formas, siendo Gran maestre de la Orden de San Juan el Señor de Cancer, se explica la posibilidad de la posible venida de tan altas reliquias a la Parroquia de Cancer.Al Señor de Cancer,siendo Gran Maestre de la Orden de San Juan y viviendo en la isla de Malta, le sería fácil conseguir esas reliquias ,por ejemplo desde la isla de Chipre. Cander veneró durante muchos años a San Bartolomé y le pidió que alivira las sequías y las tormentas,celebrando su fiesta el once del mes de Junio de cada años.En la ciudad de Barbastro ,en la imprenta de M. Puyol y España,en Julio de 1858,se imprimieron los Gozos que se cantan en Cancer al glorioso San Bernabé,venerado en la iglesia de Cancer,filial de Pueyo de Marguillén.Dicen así:” En un campo ameno estaba,- entre un verde boj metido,-este tesoro escondido –a quien un toro adoraba; notó su dueño admirado-del toro lo respetuoso.-Del campo el dueño labraba-con dos toros, y advertía-que genuflexión hacía-el que hacia el santo pasaba;llegóse humilde y postrado,-y le veneró dichoso……A Cancer, en cuyo monte-el santo cuerpo fue hallado,-quiso que fuera llevado,-para desde este horizonte,- en donde es venerado,-ostentase portentoso….Quien tus milagrosexacto-decir todos pretendiera,-un infinito quisiera,-de potencia al acto:-por ello es tan admirado tu poder maravilloso.-“ Y terminan así, estos Gozos: “Un San Juan noble es el dueño-de este lugar,quien galante-culto os tributa constante,-de que hace el mayor empeño,-no dejéis,pues, impremiado-corazón tan obsequioso”. Esto lo escribió Roberto puyo de Columa,”siempre admirador de las glorias religiosas de la antiquísima diócesis de Barbatro”
Desde Siétamo, en determinadas circunstancias y sobre la Sierra de Arangol, se ve la cumbre del Turbón, como desde la presa del Pantano de Barasona, se pueden contemplar además del Turbón, Cotiella y otros altos montes. Estas vistas demuestran que aunque, a veces, los altoaragoneses nos creemos lejanos, estamos en la misma zona geográfica. Esta presa se levantó el año 1929 sobre el río Esera, que inundó el pueblo de Barasona y en la superficie del agua, según la plenitud del pantano, se ve asomar la torre de la iglesia. También quedó arruinado el pequeño pueblo de Cancer, a la orilla del Pantano de Joaquín Costa, cuyas aguas enriquecieron a otras comarcas, pero dejaron que los habitantes de Cancer dejaran abandonadas sus casas, entre cuyas ruinas se contempla su iglesia, con el mismo destino que las viviendas. Siguiendo la carretera, a siete kilómetros de Graus, se asienta el pueblo de Pueyo de Marguillén. Según Madoz por los años de 1850 limitaban por el Norte, Barasona y Cancer con Capella. Durante el dominio visigótico a la parte norte de la Ribagorza la llamaban Terra Ripacurciense y a la parte situada al sur, Terra Labitolosana. En el siglo IX, la Ribagorza dependía del Condado de Tolosa. Cuando remataba el siglo, el Conde Ramón I se separó del dominio de Tolosa, creando un condado independiente, con los monasterios de Obarra, Alaón y San Pedro de Tabernas. Ramón II levantó la Catedral de Roda y el rey Sancho Ramírez conquistó a los moros Graus en 1083. Esta tierra de los antiguos vasco-ibéricos se convirtió en una tierra sin fronteras, pues entraron los visigodos, que tuvieron cecas de monedas en Boltaña y Gistain. Después llegaron los romanos, que dejaron Labitolosa en la actual Puebla de Castro. No había fronteras porque era una zona pirenáica, común con el Midi francés,donde llegaron, más tarde los moros. Pero el Pirineo, con sus enormes montañas, que ponían dificultades en el paso por ellas de los hombres, ayudó a que se creasen fronteras. En la Ribagorza lucharon el aragonés, el catalán y el castellano, ya que en Benabarre se hablaba en una forma parecida al catalán y, en cambio en Barbastro, se hablaba el castellano, después del Compromiso de Caspe. En una revista quincenal de 1884, fecha ligeramente posterior a la obra de Madoz, explica como un habitante de Barasona, encontró en el monte de Cancer un relicario de San Bernabé, del que la catedral de la ciudad de Tolosa posee la cabeza del citado apóstol. Esas reliquias eran veneradas desde remotos tiempos. De ellas se escribía en los documentos parroquiales, pero sin expresar el nombre de San Bernabé hasta el año 1777.Pero la revista escribe que “por los años 1580 ya consta en los escritos guardados en el archivo de su parroquia la existencia de las aludidas reliquias de San Bernabé. En un inventario de esta fecha, se lee esto: una arquilla de reliquias sin título ni certeza de ellas”. Un miembro de la casa de Rosico de Barasona, estando labrando, se dio cuenta de que los bueyes al pasar al lado de unos matorrales de boj, uno de ellos doblaba sus rodillas, lo que le hizo mirar la causa de tales reverencias. Encontró una arquilla, con las reliquias citadas de San Bartolomé… Fueron a parar a la iglesia de San Miguel de Cancer”, donde se custodia y recibe constante culto desde una época remotísima”. El Obispo de Barbastro ordenó en 1605 y en 1609 ,que se hiciesen dos llaves,una paral arquilla de las reliquias y otra para la puerta del armario, que guardaba las reliquias de San Bartolomé. ¿Quien fue el que trajo tan preciadas reliquias a Cancer?. Dicen que hubo un esclarecido personaje, nacido en dicho Castillo de Cancer, de donde era Señor, que llegó a ser Gran Maestre de la Orden Militar de San Juan, que sufrió persecuciones y se refugió en su pueblo, donde se conservaban las reliquias, pero ante el peligro que continuaba contra su persona, se refugió por lo más enriscado y fragoso de las montañas pirenáicas”, para pasar a Francia. “Dice Moner en su Historia de Ribagorza que por los años de 1562 era Señor de Cancer D. Juan Nadal de Cervuna, de Fonz”. Pero en los años de 1884, el párroco Sr. Escuer habló con el Señor D.Luis San Juan, vecino de Huesca y Señor de Cancer, le preguntó y el Señor le respondió que “debía existir alguna auténtica (historia) cuyo paradero es desconocido”. La relación de este suceso la hizo el párroco de Cancer en los años de 1884 y se la contó el cura de Barasona, que a su vez la recibió de su tío el párroco de Pueyo de Marguillén, aproximadamente por los años de 1840. De todas formas, siendo Gran maestre de la Orden de San Juan el Señor de Cancer, se explica la posibilidad de la posible venida de tan altas reliquias a la Parroquia de Cancer.Al Señor de Cancer,siendo Gran Maestre de la Orden de San Juan y viviendo en la isla de Malta, le sería fácil conseguir esas reliquias ,por ejemplo desde la isla de Chipre. Cander veneró durante muchos años a San Bartolomé y le pidió que alivira las sequías y las tormentas,celebrando su fiesta el once del mes de Junio de cada años.En la ciudad de Barbastro ,en la imprenta de M. Puyol y España,en Julio de 1858,se imprimieron los Gozos que se cantan en Cancer al glorioso San Bernabé,venerado en la iglesia de Cancer,filial de Pueyo de Marguillén.Dicen así:” En un campo ameno estaba,- entre un verde boj metido,-este tesoro escondido –a quien un toro adoraba; notó su dueño admirado-del toro lo respetuoso.-Del campo el dueño labraba-con dos toros, y advertía-que genuflexión hacía-el que hacia el santo pasaba;llegóse humilde y postrado,-y le veneró dichoso……A Cancer, en cuyo monte-el santo cuerpo fue hallado,-quiso que fuera llevado,-para desde este horizonte,- en donde es venerado,-ostentase portentoso….Quien tus milagrosexacto-decir todos pretendiera,-un infinito quisiera,-de potencia al acto:-por ello es tan admirado tu poder maravilloso.-“ Y terminan así, estos Gozos: “Un San Juan noble es el dueño-de este lugar,quien galante-culto os tributa constante,-de que hace el mayor empeño,-no dejéis,pues, impremiado-corazón tan obsequioso”. Esto lo escribió Roberto puyo de Columa,”siempre admirador de las glorias religiosas de la antiquísima diócesis de Barbatro”
Esta Ribagorza, zona pirenáica, está llena en su historia de su relación con Tolosa, pero aquella región común con los Pirineos, se convirtió en frontera difícil de atravesar, aunque sus habitantes siempre viajaron a la zona de Tolosa o Toulouse. Hay que abrir una autovía por el Pirineo, para no sólo pasar por ella, sino porque su creación sería una recreación de la Historia. Basta recordar a Carlomagno que estuvo en las puertas de Zaragoza y a Roldán ,que llena con su nombre numerosos puntos geográficos de la Pirineos. San Bernabé, el Señor San Juan y Carlomagno ,harán que Tolosa y Zaragoza se abracen con la industria,mientras Graus ,cuide y repare la iglesia de Cancer.
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