Lord Byron, fue un poeta
romántico, que dedicó a su perro o can, al
que conocía como Boetswain, un homenaje, en la historia casi desconocida del
Día de los Muertos, incluidos los canes,
a los que amaba con todo su corazón.
El can, de raza Terranova era
amado por su dueño Lord Byron, que fue un adorador de los animales. Y tuvo la
desgracia de morir de rabia, durante la cual su can le mordió y murió, a pesar de los cuidados administrados por el mismo Lord. A pesar de sus cuidados, su can
le mordió y se vio contaminado por la rabia. El poeta lo alabó y le dedicó un
monumento en el jardín de la casa donde vivieron en Newstead Abbey.
Lord Byron escribió un “Epitafio
a un Perro en 1.808 , que reza así: “ Cerca de este lugar, el valor sin la
ferocidad, y todas las virtudes sin sus vicios.-Este elogio, que constituiría
una absurda lisonja -si estuviera escrito sobre cenizas humanas,- no es más que
un justo tributo a la memoria de Newfoundland,
en mayo de 1.808. Cuando algún orgulloso humano regresa a la
Tierra,-Desconocido para la Gloria, pero ayudado por su nacimiento -El arte del
escultor agota las pompas de dolor. Y los ataúdes conmemoran a quienes
descansan allí.-Cuando todo terminó, sobre la tumba se ve-no lo que él fue,
sino lo que debía haber sido.
Pero el pobre Perro, en vida el
amigo más fiel,-el primero en saludarte, el más dispuesto a defenderte. -Cuyo
honesto corazón es propiedad de su dueño-, Quien trabaja, pelea, vive, respira
por él- Cae sin honores, sin que nadie note su valía,-Y el alma que lo acompañó
por la Tierra es rechazada en el Cielo- mientras que el hombre, ¡vano insecto!,
desea ser perdonado, Y reclama un Cielo exclusivo para él”.
Yo he visto morir varios perros,
abandonados por los hombres, a los que resultaban seres indiferentes y ellos, unas
veces sufrían el hambre y otras se tornaban en ladrones, que sacrificaban pollos
o gallinas, para conservarse en estado de vida. Rodeaban a los vecinos de su
pueblo, para que le dieran un poco de alimento, pero que no conseguían y otras
veces se asociaban varios perros, para atacar rebaños, en los que consumir
algún cordero.
Todavía se conservan perros abandonados,
despreciados por sus antiguos dueños, que forman grupos que, igual que los
hombres abandonados por la sociedad, forman grupos, que persiguen a rebaños
inocentes de ganado.
Hay canes, que abandonados por
sus dueños o por la amistad que les debía unir a los hombres, sufren el
abandono de la Sociedad y están solos en
el Mundo, que no los ama.
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