La lucha entre el amor y el odio está establecida entre los humanos desde que el
Señor creó al hombre. Les dio a Adán y a Eva el Paraíso, donde vivirían en Paz
y Amor todos los seres humanos, pero opuestos al Señor estaban los Demonios, a
los que el orgullo y el odio al Señor, querían vengarse de su Poder. Iban los Demonios en contra del Gran Amor del
Creador a los hombres y poseídos por la envidia al hombre, se oponen en todo lo
que alabe la Gloria del Señor. Los hombres iban a ser felices en el Paraíso,
pero el Demonio, quiso eliminar la felicidad de la Humanidad y sometió a Adán y
a Eva a una tentación.
Adán y Eva cayeron en la
tentación de comerse una fruta, que el Señor había prohibido que consumieran y
se encontraron desnudos, expulsados del Paraíso. Y se creó una situación de lucha entre el
Dios y los diablos. Y el Mundo quedó absorto en estas circunstancias.
No se quedaron los humanos
indiferentes ante la lucha de los diablos contra el Señor y los hombres
pintaron cuadros, en los que se exponen circunstancias de las luchas
espirituales entre el Señor Todopoderoso y los que fueron ángeles, que
renunciaron a su amor. Eros se nos muestra triunfante sobre los despojos del
poder, las artes y las ciencias, una vez derrotados. A nuestra derecha descansan
el astrolabio, el compás, el globo terráqueo, y un transportador angular, todos
lujosos instrumentos que muestran la extensión de la actividad matemática. Los
pintores eran vanguardia de la actividad geométrica y no dejaron de plasmar los
instrumentos a la más mínima oportunidad. (El triunfo del amor de Willeboirts
Bosschaert. Estocolmo) El Museo Lázaro Galdiano de Madrid tiene una pintura
gemela pero más pobre en instrumentos. Giovanni Baglione, pintor de éxito y
contemporáneo de Caravaggio, entró en polémica con dos cuadros sobre las
diferencias entre el amor sacro y el profano. Uno de ellos tiene los mismos
elementos: el compás, la escuadra y los libros, que son pisoteados por el amor
profano triunfante “sobre los despojos del poder, las artes y las ciencias, una
vez derrotados”. Pero en su interior se alza el dolor “sobre los despojos del
poder, las artes y las ciencias”.
Y Mariano se mira, con los ojos
entristecidos a los despojos del poder del Amor Triunfante, debajo de su figura
de belleza angelical, que está dotado con sus alas, sobre el cúmulo de “despojos
del poder, las artes y las ciencias, una vez derrotados”.
“El Amor “ en el cuadro con su belleza, está
sentado sobre dos armas de acero y un brazo metálico, que están formando un
cúmulo de restos de la vida humana, unas veces con un armazón encogido y helado
y sobre ellos apoya su belleza el
“Amor”, sentado sobre dos espadas diferentes y en sus alrededores, en el punto
superior del Cuadro está el “Triunfante del Amor”, sobre dos armas, una lanza y
otra una espada apoyando su mano izquierda en la armadura de hierro de un
guerrero difunto. Está el Angel con sus alas defendiendo su cabeza, que ya no
es atacable por nadie, ni por el compás, la escuadra y los libros que son
profanados por el amor triunfante. Y en el suelo descansan un violoncelo, un laúd
y el trombón, un instrumento de aire, que yacen en el suelo. Esta manifestación
sobre el dolor que produce el artículo sobre el compás, la escuadra y los
libros que son pisoteados por el amor profano culpable me deja en la verdad de
sus afirmaciones. Giovanni Baglione , pintor de éxito entró en polémica con dos
cuadros sobre las diferencias entre el amor sacro y el profano.
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