Santas Nunila y Alodia en Alquezar.
De Siétamo a Liesa.-
La Vía Romana de Huesca a
Alquézar, ya no facilita el desplazamiento entre ambas Villas, pues ha casi
desaparecido, pero todavía se puede ir por ella desde Siétamo a Liesa, con
cierta dificultad. Cuando el señor
Burgasé, que ha vivido toda su vida en este pueblo y trabajado en el vecino de
Siétamo, iba de Siétamo a Liesa por la antigua Vía Romana de Huesca a Alquézar.
Pero hoy en día ese antiguo tramo de Vía Romana, se ha convertido en un camino
por el que no pasa nadie. Hoy se circula por la carretera N-240 desde Siétamo a
Liesa y allí se sigue circulando por Santa María del Monte, situada en el Monte
de Liesa y por Ibieca. Don Ricardo del Arco escribió que los Sajuanistas de
Foces, convirtieron su Monasterio en
Lazareto y Hospital para atender a los pergrinos y caminantes, que iban a Alquézar. Hoy en día
ya no se circula para llegar a Alquézar por la vía Romana que bajaba desde
Siétamo a la iglesia de Liesa.
Debajo del Castillo de Siétamo
estaba la Caseta de piedra abovedada y allí descansaban los comerciantes y
peregrinos, de los que unos subían a
Alquézar y otros bajaban a Huesca
y desde el Palacio, eran vigilados y
auxiliados los comerciantes y los mendigos. Ahora se ha hundido la caseta y
creo que son muy pocos los sietamenses que se acuerdan de ella.
En Liesa
que sus hijos ya eran los dueños
de la vigilancia y del servicio de los caminantes, que en Santa María del Monte, hermosa ermita,
atendían a los peregrinos, igual que Los Sanjuanistas de Foces, que
convirtieron su Monasterio en Lazareto y Hospital, para atender a los
caminantes que subían a Alquézar o bajaban de ese bello, pintoresco, histórico,
coronado por un Monasterio, que se levanta en lo más alto de aquellos montes.
Es curioso contemplar una talla
en piedra en la escaleras que suben a lo alto del Monasterio de Alquézar, que representa a las santas hijas de un moro,
llamadas Nunila y Alodia. Pero este recuerdo está también presente en la
fachada de la Ermita de las Mártires, en Huesca y que nos querían aunar nuestra
capital con Alquezar, que estaban unidas por la fe y por la Historia.
Desde Huesca hasta Alquézar se
subía y se bajaba, por la VÍA ROMANA en diversas etapas y hoy quiero recordar el
paso por ella, desde Siétamo hasta Liesa.
Para salir de Siétamo a seguir la
Vía Romana, se pasaba por el Castillo- Palacio, que con el paso de la Historia,
vivió en él, el Conde de Aranda. Desde ese Castillo se controlaba el paso por
la Vía Romana, de los viajeros que iban o venían a Alquézar. El Castillo, cuyas ruinas todavía se asoman a la Fondura,
vigilaba y ayudaba a los caminantes, que bajando hacia el valle del río
Guatizalema, estaban a unos doscientos y pico metros, y se detenían para
descansar en la Caseta de los Pobres. Los soldados del Castillo vigilaban y ayudaban a los caminantes
que subían a Alquézar. Los caminantes se detenían a descansar en la “Caseta de
los Pobres”, al que Lazareto como hospital en el que se socorrían los daños
físicos de los caminantes.
Santas Nunila y Alodia en la érmita de Las Martires.
Este tramo desde Siétamo a Liesa,
llegó a desaparecer cuando se hizo la Carretera Nacional-240, que pasó muy
cerca de la Vía Romana, quedando el puente sobre el río Guatizalema al lado del
cruce del citado río. Ahora para ir a Liesa se sigue la carretera N-240 y se
abandona la Vía Romana, en la cual se encuentra en su principio la Fábrica de
Harinas, construida por mi abuelo Manuel Almudévar Vallés y su pariente Bescós,
padre de Silvio Kosti. Antiguamente cruzabas el puente sobre el Guatizalema y
seguías por la antigua Vía Romana. Romana, que desde la Caseta de los Pobres o
antiguo Lazareto de los mismos, pasaba el río Guatizalema. Al lado de la Fábrica de Harinas, continuaba dicha Vía hasta Liesa. Hoy,
por aquella Via Castillo de Siétamo, después de descansar los caminantes, al
lado de la fuente del Valdecán, caminaban por la Vía Romana hasta Liesa. Se
quedó aquel trozo de la Vía casi
inutilizado, pues yo sólo he visto venir del pueblo de Liesa a Burgasé, que tenía
en Siétamo granjas y tierras, y venía
por la antigua Vía que desde Alquézar llegaba a Huesca.
Era aquella Vía Romana un
residuo de la primitiva que iba desde Huesca a Alquézar. Sólo quedaba viva la
parte que desde el Castillo, más tarde del Conde de Aranda, que pasaba por la
finca del Tapiado, el cruce del río, la Fábrica de Harinas, algunos campos de
secano y al llegar al Monte de Liesa , mucha tierra yerma, hasta cerca del
citado pueblo.
Yo tuve algunas veces muchas
ganas de atravesar esa tan antigua Vía Romana desde Siétamo hasta Liesa y lo
hacía con el coche, que rodaba por aquel camino abandonado hacía ya siglos que
no se usaba. Daba miedo por la soledad que tenía aquella vieja Vía Romana, que
ya no se pasaba casi nada por ella. Estaba
llena de charcos y de losas de piedra, que yo tenía que apartar de la ruta de
vez en cuando.
Una porción de aquella ruta, por
la cual yo he pasado para tener un recuerdo del BARRANCO de LOS MUERTOS,
situado todavía en el Monte de Siétamo. En él enterraban a los muertos por la
miseria de una Peste hermana de la ACTUAL, en el siglo XVII. En aquellos
tiempos ya no había Ordenes de Monjes Templarios y Sanjuanistas, pero dicen que
hubo una Peste en SIÉTAMO y desde allí condujeron hasta un hoy llamado BARRANCO
de LOS MUERTOS al lado de la Vía Romana,
los múltiples cadáveres de hijos de dicho pueblo. Desde una ventana de
Casa Almudévar de Siétamo se ve la Ermita de Nuestra Señora del Monte de Liesa.
Por la abandonada ruta de la Vía Romana de Huesca a Alquézar, se sale a la
Parroquia de Liesa, donde se une de nuevo con la antigua ruta, que sube desde
Huesca hasta el citado Alquézar.
DA HORROR RECORDAR AQUELLA PESTE QUE SUFIÓ LA VILLA DE
SIÉTAMO,QUE PODRÍA HACERNOS PENSAR EN LA QUE ACTUALMENTE PADECE TODA LA
HUMANIDAD.
AQUELLA PESTE EN LA VÍA ROMANA
DESDE SIÉTAMO LIESA, YA NO NOS RECUERDA QUE HEMOS DE MORIR, COMO EL ESPERAR LA MUERTE ,QUE ACTUAMENTE ESTÁ SACRIFICANDO LAS VIDAS DE LOS HOMBRES EN
TODO EL MUNDO.
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