Mi
amigo el argentino, Lalo Brea, encuentra
la música que anima el espíritu, en el Norte de Italia y en el Sur, en lugares elevados
de los Andes de la Argentina y en el Sur
de Italia encuentra entre las ruinas donde ocurrió hace siglos un inmenso
terremoto, cadáveres de nobles romanos, trabajadas o endurecidas por la lava de
un volcán, que hacen ver con claridad y con horror escenas muertas de la
antigua vida imperial de los romanos.
Contemplando
aquellas viejas escenas en antiguos palacios, de cadáveres actuales de siglos
pasados, se siente un silencio con nuestros
oídos, porque no
se pueden escuchar sus gemidos, ni sus cantos ni sus palabras, sino la ausencia
de voces humanas, de risas o de lágrimas . Sólo mi imaginación
puede escuchar unos lloros tristes, desesperados, pero inobedientes a nuestros
sentidos auriculares, y además sordos para escuchar aquellos antiguos sonidos,
capaces de hacer llorar nuestras glándulas que sienten estos nuestros sentidos
lacrimales.
Hay
épocas felices y otras tristes, que nos revelan la alegría y la tristeza de
épocas pasadas y a los humanos actuales, nos revelan la felicidad y las
lágrimas que pasaron sus antepasados y que todavía podemos vivir los que
actualmente gozamos de la vida. Y por eso hay seres humanos a los que buscamos
en este Mundo, para poder gozar de esa vida limitada que Dios ha creado en este
Mundo y les escuchamos sus voces sonoras, cantando acompañados de su música
escuchándolos y acudimos a acompañarlos por los lugares, donde cantan y hacen
sonar su Música, que nos acarrea una felicidad, que nos alegra los corazones.
Por
eso yo me acerco a tratar de escuchar a nuestros antepasados, en los
cementerios, pero no tengo la suerte de escuchar sus sonidos, que hacían sonar
en sus vidas. Quedan en las tumbas los cadáveres y los huesos de nuestros
antepasados, pero no se pueden oír los sonidos, que producían cuando estaban
vivos. No se pueden escuchar los sonidos que producían con el aire que salía de
sus pulmones, sonidos unos incomprensibles y otros, que unos, los vivos
pronunciaban con claridad, que unas veces serían comprensibles por los hombres
vivos, unos por pertenecer a su propia lengua y otras serían audibles, pero
incomprensibles por el paso continuo del tiempo.
¿Qué
ha ocurrido con la pérdida de la palabra por los muertos?. Que el Señor
Todopoderoso, ha creado la Vida y le ha entregado su libertad para que piense
en el Bien y en el Mal, pero muchos hombres han interrumpido esa Vida o
simplemente se les ha acabado y le ha entregado su libertad, para que la use y
piense en seguir el Bien, tal vez en otro Mundo.
El Señor tiene ahora la vida del hombre, en
dos fases: una para que haciéndole caso,
gane la vida eterna durante su vida y otra, después de su muerte, para despreciando por la entrega divina de la
libertad al hombre, éste con la libertad que le dio el Señor, despreciara su destino, para
sentirse un ser libre, cosa imposible pues la muerte, ha acabado con su propia
libertad.
Se
habla del Juicio Final, en que El Señor
Juzgará el comportamiento de cada ser humano.
En
la Biblia habla Zofonías de la amenaza del Juicio de Dios, que expresa las
siguientes palabras: “Palabra de Yahved, que se dirigió a Sofonías, hijo de
Kusí, hijo de Guedalyá, hijo de Amaryá, hijo de Ezequías, en los días de
Josías, hijo de Amón, rey de Judá.
Suprimiré
hombres y bestias, aniquilaré las aves del cielo y los peces del mar y los
motivos de tropiezo con los impíos, y exterminaré a los hombres de sobre la haz
de la tierra, dice Yahveh.
Y
alargaré mi mano contra Judá y contra todos los moradores de Jerusalén y
aniquilaré, en tal lugar los restos de Baal, y el nombre de los Ministros
idolátricos con los sacerdotes (de Yahveh); y a quienes se prosternan sobre los
terrados ante el ejército del cielo; y a los que se postran jurando ante
Yahveh…. Y no buscan al Señor ni inquieren por El.”
El
Señor amaba a la humanidad, pero daba oportunidades a los hombres de obtener
una salvación eterna. Los hombres, en
cambio, “no buscan al Señor ni inquieren
por Él”.
Por
este desprecio de los hombres al Señor, Este “quería alargar su mano contra
Judá y contra los moradores de Jerusalén…que no buscan al Señor ni inquieren
por Él”.
Esa
amenaza del Señor contra los hombres, éstos en estos días del año de dos mil y
pico, dicen que se han manifestado en Madrid y en Barcelona, por el calor que
parece que quiere abrasar a los hombres.
Protestan
los humanos contra el poder del Señor, que puede abrasar la humanidad, con el
creciente calor, en estos días del mes de Septiembre.
¡Laol
Brea, sigue haciendo sonar la Música, que fomenta el amor a Dios en la Tierra y
cuando habites en el otro Mundo, el Señor te hará feliz!.
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