sábado, 14 de septiembre de 2019

La zurriaga.-


    

Me regaló un amigo de Siétamo la fotografía de un carromatero de Junzano, que con "a zurriaga" colgada del cuello, conducía, no un coche, sino un carro tirado por una mula, un caballo y un enorme burro como delantero. El hecho de que estas escenas se estaban acabando en esta tierra y que precisamente la foto estaba tomada en la carretera que pasa por Siétamo, en la parte conocida como Avenida de San José, me movió a enmarcar dicha fotografía y a colgarla en una pared de la escalera de mi casa.
Antes del invento de la rueda, las mercancías se transportaban a carga sobre los lomos de las caballerías, luego se depositaban sobre una especie de trineo que se arrastraba directamente por el suelo y este hecho que suena a tiempos prehistóricos, ha sido contemplado por vecinos de Siétamo, e incluso usado por algunos de ellos cuando enganchaban el "estirazo" sobre el que sacaban piedras de los campos para limpiarlos de ellas, o, de las canteras para que los " piqueros" tallasen las dovelas de los arcos de las casas, las fiestas de las cruces de plazas o caminos, los bancos ,los altares, los escudos, las pilas de piedra para las caballerías, para "os tocinos",las piletas para las gallinas y las piedras de sillería para las fachadas y para los pilares, entre los cuales se hacían las paredes con tierra roya y paja.
Yo creo que la aparición del carro, comparado con el estirazo, supuso un mayor adelanto que el que han traído los vehículos de motor en relación con el carro. De la misma forma que hay muchos modelos de coches y camiones, era grande el número de modelos de carro. Las tartanas eran ,con su toldo arqueado, como carros coquetos en los que se exhibía la vanidad de sus dueños, de la misma forma que hoy se "farda" con un último modelo. El motor siempre era delantero y de la misma forma que hoy puede ser de gasolina o de gasoleo, entonces podía ser de caballo trotón o de mula templada. La canción popular dice:"Doce cascabeles lleva mi caballo por la carretera..." y ¡cómo se acuerdan nuestros mayores del sonido de los cascabeles que llevaban las caballerías! y que ahora guardan, llenos de polvo, en las falsas de sus casas. Sería conveniente que alguno de nuestros organismos administrativos, por ejemplo, la Diputación Provincial, recogiera para la posteridad y expusiera con dignidad, antes de que sea demasiado tarde, una diligencia, de aquellas que iban a Barbastro o a Panticosa, una galera con "pugones" y todo, un carro de bueyes, un volquete, una tartana y uno de cada clase de aquellos medios de transporte, que los mayores de Siétamo recordarían mejor que yo, entre otras razones por haberlos usado, como los usó mi pariente Narbona Almudévar, que en Zaragoza, se le soltó la rueda del carro y lo mató.   


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