viernes, 12 de marzo de 2021

La Laguna de Sariñena

 

   


Cuando iba a la escuela repetía, cantarinamente y a coro con mis condiscípulos: “Las lagunas de España son: Gallocanta en Zaragoza, de Ruidera en Albacete y Mar Menor en Murcia”.En el Alto Aragón siempre nos hemos acordado de lo ajeno y hemos olvidado lo nuestro. ¿Porqué no nos  citaban la Laguna de Sariñena?. No tenían visión de futuro. No se daban cuenta de que nuestra Laguna iba a ser más cantada que la de Gallocanta, pero no por gallos, sino por ecólogos, zoólogos y políticos de indudable buena voluntad. Estos señores, llevados por un exceso de celo, se han convertido en redentores de Sariñena,sin contar con la opinión de esta Villa, que guera,hace mucho tiempo que sabe lo que le conviene. Han hecho más “ruidera” con la Laguna de Sariñena que con la que sólo hace ruido el nombre de Albacete.Y tienen intención de convertirla no en un Mar Menor, sino en un pequeño océano, con su Atlántida sumergida, que sería Sariñena. Esta siempre ha amado a la Laguna;convirtieron en armonía ecológica durante siglos, pero un día así como el reloj del abuelo, de tan viejo se paró, y la higuera del mismo mal, se secó y el alcanduz, de tan antiguo se “esclachó”.Este sobradero o aliviadero daba paso a las aguas sobrantes y aliviaba de residuos la Laguna.

Fue todo así de sencillo y nadie de Sariñena ha descubierto que los patos, al elevar el vuelo, tuvieran cuatro patas. Ha venido la confusión, pues algunos  han  equivocado  las patas de andar y, en este caso,también  de nadar,con las posiblemente numerosas patas, esposas de los patos.

Al cegarse la salida de cerámica vieja de las aguas, éstas empezaron a extender sus dominios con intención de meter a Sariñena en la Laguna, como ocurre en la ciudad de Méjico. Y al son de las aguas, un romántico ecólogo no sé si patoso, pero sí amante de los patos, cantaba “¡Guatizalema en un llano, Sariñena en una laguan, me he de co…, me he de comer a esa tuna!”. Sariñena que es muy tuna, pero no tunante,se defiende aunque le cueste la vida. Si no lo hiciera, en lugar de hablar de la laguna de Sariñena, se hablaría de Sariñena bajo el lago.

A las gentes de Sariñena no las confunden así como así, pues tienen las ideas claras. Ellos aman su Laguna porque es suya y les gusta ver a los ánades nadar tan ágilmente como torpemente andan con su plumaje  irisado. También les gusta observar los nidos, con huevos pintados, de las polletas de agua, y de entre sus niños puede salir un ecólogo,acostumbrado a tanta belleza.

De la misma manera que “si cantan os porpuz,cal quitase o capuz”, si las aguas de la laguna huelen a “carnuz”, es preciso darles salida por el arcnduz. Este es el problema:que arreglen el desagüe, y que si se resuelve esto, convivirán hombres y aves juntamente. En lugar de discutir, que le hagan caso al profeta del Alto Aragón, Joaquín Costa, poniendo en riego todos los Monegros.

 Estos se llenarán de pequeñas lagunas, que serán un paraíso para aves, para ecologistas y para Aragón entero.

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