Hoy hay Luna Llena, es uno de
enero y está llena la cara de la Luna, como la cara de esos individuos que
tienen cara de Luna Llena. Y yo me pregunto: ¿me caen simpáticas esas personas
porque tienen cara de Luna Llena o me resulta agradable la Luna porque tiene
cara de individuo cachondo?. No lo sé, pero Selene y los terrícolas nos tenemos
una mutua simpatía. Siempre me ha parecido humano el rostro plateado de nuestro
satélite y tal vez contribuyera a esa impresión, la costumbre de mi padre de
dibujar en el cartón redondo que tapaba el estuche de las galletas unos ojos,
una nariz y una boca ingenuas. Acaso en
mi interior también contribuyera a humanizarla, la canción popular que dice :
el Sol se llama Lorenzo y la Luna Catalina, cuando Lorenzo se acuesta, Catalina
se levanta. Hoy ha brillado
el sol y ya se ha ocultado por el Oeste, son las siete de la tarde, es de noche
y Catalina se enseñorea del Este con un brillo plateado, que no ofende a sus
ojos como lo hace el de su oponente. Si uno
se mira al Sol, queda cegado por éste, pero si uno, se mira a la Luna, ésta se deja acariciar por
nuestra mirada, que a su vez es acariciada por su modesto brillo argénteo.
El oro ciega como Febo y la plata, como Selene, está al alcance del pueblo y del
artesano sencillo. El Sol, todopoderoso tiene una corona de oro, que despide
rayos hirientes a los humanos. La Luna tiene un aura suave, como dicen que la
poseen las personas buenas. A veces ese cerco es más pronunciado y entonces los
campesinos que siempre se lo miran, dicen que va a llover.
Si, la Luna dicen que influye en
el tiempo atmosférico, en las siembras, en la fermentación de los vinos y en
las mareas, el mes lunar afecta a las
mujeres en sus ciclos y a las mujeres y hombres en su comportamiento.
¿Por qué algunos hombres se
tornan locos o lunáticos?. Yo no creo que sea culpa de la Luna pues ésta relaja
al contemplarla. ¿Será que esos hombres sienten la llamada de la Luna y no
acuden a la cita porque en su vivir urbano, ni siquiera se acuerdan de que hay
Luna?. En los pueblos se habla de que un individuo está alunado, cuando observa
un comportamiento un tanto locuelo. Esta noche he descubierto la causa de este
fenómeno. Habitualmente la Luna está allá arriba muy formal, observando
atentamente a los enamorados, a las ginetas y a los búhos y a todos esos
animales de vida nocturna y cuya misión es un privilegio de la Luna, pues los
humanos difícilmente los podemos ver. Goza iluminado por los caminantes
campesinos y a los noctívagos ciudadanos, que salen de los cabarets. Pero esta
noche pródiga en nubes sueltas, aceleradas por el viento, parecía que la Luna
estaba alunada, traviesa. Corrían o mejor dicho volaban las nubes y daba la
sensación de que la que volaba era la Luna, que al ser ocultada o semi captada
por las boiras, hacía guiños picarescos y jugaba al escondite, como una
odalisca que bailara una danza de múltiples velos nubosos.
Estoy observando a Selene, desde
el mirador de mi casa campesina, que mira hacia el río Guatizalema y me acuerdo de haber leído la impresión, que
en el año de 1.936, le produjo a un catalán, que venía del Este, la luz de la misma Luna, reflejándose en
el Guatizalema. He dicho la misma Luna, pero ya no es la misma, pues ha sido
desvirgada por americanos y rusos, que quieren extender su imperio más allá de
la estrellas.
Antes, a pesar de ser virgen
nuestro satélite, todos creímos que tenía hijos selenitas. Ahora después de
profanado su encanto, todos sabemos que es estéril. Yo no lo acabo de creer y
tal vez sea porque estoy un tanto alunado.
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