Los Escalatorres.-

 

                                                     Torre de la Iglesia de Siétamo con los escalatorres.

El día 12 del mes de mayo, fiesta en que los vecinos de Siétamo van a Monflorite de romería a la Virgen, ha revivido una figura que casi estaba olvidada: la del escalatorres.

El soporte de la veleta de la iglesia de Siétamo estaba a punto de caer. Nadie se atrevía a subir para arreglarlo. El Grupo de Investigaciones de Peña Guara se ofreció gentilmente a llevar a cabo este cometido. Subieron sus componentes, como ellos lo saben hacer y cuando estaban en plena faena, llegó a la Plaza Mayor de la Iglesia, todo el pueblo que volvía de romería.

Fue un espectáculo que constituyó un magnífico colofón a un día tan alegre. Comenzaron a cantar  los  jóvenes jotas para animar a los escaladores de la Torre de la Iglesia y todos colaboraron en la medida de sus posibilidades.

Las personas mayores empezaron a hablar de los Escalatorres, que se dedicaban a hacer alardes de escalada, pero en lugar de hacerlo en las montañas, subían a las torres de las Iglesias y después pasaban el sombrero entre los espetadores, para recaudar dinero para su sustento.

Contaba Soler que un  escalatorres  subió a la torre de Alcolea y , centrando su ombligo sobre la esfera de piedra que le coronaba, se colocó en posición horizontal, agitando manos y pies, como si estuviera nadando en el vacío.

Arnal decía que vio a dos hombres subir a lo más alto de la Catedral de Huesca.

Salvador explicaba cómo un escalatorres coronó la torre de Siétamo, levantando lazos sobre adornos pétreos, que le sevirían de anclaje, con la misma habilidad que un vaquero del Oeste.

También había escalatorres espontáneos en los pueblos, como isidro Bierge de Arbaniés, que tras alcanzar su meta en la Iglesia Parroquial, cogió “dos huevos” de cigüeña y los exhibió ufano, como haciendo alarde de que estaba bien dotado de tales ovoides atributos. A fe mía que lo estaba el buen Isidro y a fe de todo Siétamo que también están muy bien “adotaus” Jesús Vitalla, Jesús Martínez, José Lardiés, Francisco Gracia y Manuel Bara, modernos escalatorres.