miércoles, 14 de octubre de 2020

El jarrón de limones.

 

        

         
Hace  ya  tiempo  que  me  llama  la  atención  una vasija de cristal de forma cúbica, que se encuentra en el mostrador de un Bar, a la cual muchos días, yo la miro y ella, me da la impresión de que ella me mira a mí, como queriendo tratar mi persona con sus tres limones, que flotan sobre la superficie, en agua, que al mismo tiempo, embellecen el ambiente de la jarra de agua, en la que mueven las hojas de unas hierbas misteriosa, unas amarillas y otras blancas.
La curiosidad me hace mirar con interés esa vasija, que en medio de las aguas que contiene, se miran con alegría esas aguas y yo no sé si ese atractivo placer lo acompaña con placer, su contenido floral, de unas flores de hojas blancas y otras de color anaranjado. Pero flotando sobre ellas, esas citadas  flores,  sobre la superficie del agua, se ven tres amarillos limones, que parecen ofrecer a los clientes del Bar, la belleza y la frescura de sus jugos.
Siempre o sea cada día que me acerco al mostrador de dicho Bar, me da la impresión de que   me produce alegría la vasija cúbica, llena de agua, que cada día cambia su diseño de flores blancas y amarillas y flotando sobre ellas, se asoman a la superficie, tres amarillos limones amarillos y llenos de alegría, que  si  no la sienten ellos, la representan con claridad.
Le pregunto al dueño del alegre conjunto, fruto de las costumbres antiguas de algún antiguo amigo de la costumbre de acercarse al agua, a las flores y a los limones. Y no encuentro quien me explique lo que me está enseñando, en la barra de un Bar, la vasija de cristal, poblada de limones, de flores   de  limpias  aguas.
Al principio de la actividad fruto floral y acuático de este conjunto que busca la salud del hombre, los  tres  limones bañados con agua limpia entre flores, no se conservaban muchos días inmunes a los males de su conservación, pero ahora que los clientes han aumentado su número y la felicidad en sus comidas en este Bar- Restaurante, duran dichos limones meses enteros, ofreciendo su  jugo vegetal y su potencia de fruto santificado por el amor de sus dueños.

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