Siempre han existido dioses
tonantes que tratan de imponer sus dogmas y siempre ha habido sabios
embelesados en su ciencia. Aunque mi concepto de la sabiduría es un tanto fiosófico
y filantrópico y rehuyo a esos sabios que como decía Ortega, son “bárbaros
especialistas”. Cuando ven a un indio
haciendo sonar su instrumento musical, se lo cambian por una botella de alcohol
y luego hacen un estudio monográfico sobre su flauta. Los hay que mandan a sus
alumnos a recoger palabras en fabla, de boca de los aragoneses, y luego
publican trabajos que son útiles para su propio encumbramiento, pero, pero no
sirven para enriquecer la fabla de los altoaragoneses.
Ocurre como con aquellos que
leían el Evangelio pero prohibían su lectura al pueblo llano.
La fabla, señores, es una
realidad tristemente minoritaria, pero real. El milagro consiste en que todavía
subsista, a pesar de las agresiones que ha sufrido y sigue sufriendo, sobre
todo de los que más tenían que defenderla.¿Qué no está unificada?. Ya lo
sabemos: como todavía no lo están el vasco y el catalán. El mismo castellano,
no cultivado,tiene diferencias de un país a otro, incluso de una región a otra.
¿Cómo va estar unificada al fabla, tan perseguida y tan ansiada en valles, que
hasta hace poco tiempo han estado incomunicados?.
A continuación someto a su
consideración la redacción de una niña de siete años, natural de Chistén
He aquí la “Historia de Pepe
Pedro”,”Se va perdere de casa y s’en va di ta debajo de una Peña de San Martín.
Se va estaré allí 20 días sin comere ná
y sólo saliba a bebere ta una
baseta de augua que yeba allí. Nadie sapeba an yera y un día cuan ya nadie y pensaba él, una
güela de casa Ciella, que yera vaquera en
Igüerre el va viere venire allá lejos. Casi se le va fere miedo. Al acercársele ella y vielo tan
desvalido, la probe güela de Ciella en un burricau que teneba allí, el va
tenere que meteré a caballo ta trayelo ta casa y t’ol camino el va tené que
tenere porque solo no se sapeba tenere.
Cuan llegaban al lugare, tos os
críos y la chen gran, que se van enterare,
van salire a recibilo y toz deciban: ¡ Ay, Pepe P, el probe, probe Pepe
Pedro…!
Y cuan van llegare a casa su
pobre madre, vienga animalo, a dale un
goté de caldo y otras cosas. Ispués de días Y días se va recuperare y al fin en
casa se va casare”.
Quiero expresar mi agradecimiento
a la señora Maestra que ha hecho llegar a mi poder este cuento, porque
demuestra una inquietud por el entorno en que vive.
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