jueves, 29 de octubre de 2020

Apicultores de Abiego: hermanos Lacambra Bescós

 


Conozco a Vicente Lacambra, desde hace cerca de cincuenta años, cuando yo trabajaba de Veterinario en el Coso Bajo, frente a la Iglesia de Santo Domingo y él, con su hermano, tenía una Ebanistería, que limitaba por el Norte con los almacenes Escartín. Fueron ambos hermanos los que  inauguraron en la Zona Industrial, una moderna Ebanistería. Después de tantos años, he vuelto a conocer a Vicente, por medio  del hijo del pueblo de Arbaniés, Miguel Ciria. ¡Cuántos años han pasado, desde que estábamos trabajando en dos edificios vecinos  el uno del otro!.  Nos pusimos a dialogar sobre las actividades preferidas en su vida, a saber la ebanistería y la apicultura. A mí me dio la impresión de que había sido un hombre feliz en su vida, buscando el arte en la madera y la felicidad que produce al hombre el trato con las abejas, unos insectos más antiguos que la existencia del hombre. Estos insectos que  han puesto trabajar, siendo  útiles a su especie apícola, a los árboles, a las frutas, a las flores  y a toda la humanidad. Su hermano y él, gozaban en su taller, creando el arte en la madera, imitando a las abejas que con su elaboración de la miel, hacen feliz a la humanidad. La vida moderna amenaza la existencia de las abejas en su labor de fecundar plantas en la naturaleza. Son más antiguas en el mundo que la humanidad, pero en estos tiempos modernos, en que se emplean tantos productos químicos, podrían desaparecer en cuatro años, todas las colmenas del Mundo, con lo cual dejarían a los hombres pasando hambre.
Pero Vicente y su hermano, han vivido de la búsqueda del arte en la madera y gozando de la vida de los hombres, cuidando sus colmenas. 
Yo tuve la suerte de que al acabar la conversación, me llevara a su nave industrial. Me entró, por un lado, una gran tristeza, al ver parada su actividad ebanista, porque estaban esperando sacar todas las máquinas y maderas nobles, para arrendar sus locales. Me llamó la atención una puerta tallada por su hermano, que en su parte superior, representaba un conjunto de almendros y en la  inferior, olivos, vides y una abeja, que indica que de las mentes de los Lacambra, surge  una comunión entre el hombre y los misteriosos  creadores de la miel, a saber insectos,  como la abeja. Estaba reflejada en una puerta, recientemente  tallada, su labor soñadora de la apicultura, porque   ante la visión de una nave, que estaba en proceso de cierre, con obras como la puerta enamorada de la Naturaleza, en la que se unían los vegetales con las abejas para fecundar sus flores y dar frutos, recordé que aquellos hombres, a saber Vicente y su hermano, no podían estar tristes, porque, llegaba para ellos una segunda fase en su vida, en la que siempre, habían soñado. Si, habían soñado en las abejas y en las plantas, y las  habían representado tallándolas  en la madera. Con esa actividad   de ebanistas, hacían comulgar el arte con la vida de sus abejas, que con su trabajo, estaban recreando la miel, la cera,  y con su fertilización de las flores, eran artistas.  En esa puerta tallada por Lacambra, se unían los sentimientos humanos de Vicente y de su hermano, con la naturaleza de los árboles y las plantas, polinizadas por las abejas.
Van a cerrar la nave industrial del Polígono de Huesca, pero en ella, ya han tallado esa artística puerta,  que la van a colocar en su casa infanzona de Abiego, donde nacieron, para entrar en esta fase apícola de su vida, que nunca han abandonado, pero que ahora, su amor al trabajo, a la Naturaleza, al color azul del espliego en la próxima Sierra de Guara y el verde con sus flores del romero, les hace soñar, les impulsa a convivir con el mundo de las abejas. Las abejas no son nuevas en su vida, sino que siempre las han atendido y quieren cuidarlas mejor, dedicándose totalmente a ellas. Tienen unas cuatrocientas colmenas, distribuidas por el monte de Abiego, en las  orillas del río. ¡Qué monte tan variado rodea al pueblo de Abiego!.
 Si miras hacia arriba, se ve Bierge y se adivinan los misterios de la Sierra de Guara, con la rusticidad del Barranco de Mascún. Mi antepasado José Almudévar se casó en Siétamo con una Azara, a saber Francisca y  nacido en Barluenga, formó en unión de los Azara y los Almudéva la Casa de Almudévar- Azara. Al  morir el Conde de Aranda, el Duque que heredó su patrimonio, le arrendó los pastos de Rodellar y allí subía a apacentar  el  rebaño. En ocasiones iba a Sieso y a Casbas, donde todavía vivían sus antepasados los Almudévar. Vendió ovejas por esos pueblos, en los que quedaban los apellidos Almudévar. Como en Abiego, donde debajo de la Iglesia Parroquial, al otro lado de la calle, se ve el nombre de una Almudévar, picado  en las sillerías de una casa. 


SE HIZO EL AÑO 1730 POR ORDEN DE DON JOSE PAUL Y ABIEGO Y ALMUDEVARY DOÑA JOSEFA PUYUELO FERNANDEZ DE HEREDIA.
Al ver el comportamiento de mi antepasado José Almudévar y Altabás, nacido en Barluenga y casado con una Azara de Siétamo, se da uno cuenta,  de que en esta zona geográfica de Adahuesca, Bierge y Abiego con su vecino pueblo de Azara, de donde vinieron los Azara de Siétamo y de Barbuñales, era un Somontano de Guara. A parte de las pinturas históricas, que se dan en esa Sierra, en la Historia, proliferan los hombres sabios,  como Don Pedro Blecua y Paul (1746-1829), pariente sin duda de Don José Paul y Abiego y Almudévar, que figura en la lápida, que se encuentra frente a la Iglesia Parroquial y colocada en el año de 1730. Fue un notable Geógrafo y Académico de la Real Española de la Historia y que también escribió la “Descripción topográfica de Huesca y su Camino” en 1794.
El señor Don José Porta Conte, un hombre de una gran inteligencia, unida a una humildad y generosidad,en aquel medio sublime, en que se abraza la sierra de Guara con los ríos Formiga y Alcandre y  que fue alcalde de Abiego, ya pensó en regar su monte, “pues como decía “siña” María Mora, una anciana de Siétamo, que murió casi centenaria, que San Joaquín de Abiego estaba muy bien “adotau”, pues los que fabricaron su imagen, gastaron no sé cuantos cahices de yeso en modelarlo. Un cahiz tiene ocho fanegas, una fanega tres cuartales y un cuartal cuatro almudes. Calculen cuantos almudes de yeso entraron en la imagen de San Joaquín. Esto me hace recordar que de la misma forma que el santo está bien dotado de yeso, el señor Porta, está muy bien dotado de fósforo en su cerebro, de donde salen las ideas a cahices y yo me veo obligado a declarar que si no riegan en Abiego, no es por sus vecinos. Y si ahora, en que se habla tanto de riegos, yo pienso: si con una simple tubería sube el agua a las casas de Adiego, ¿por qué no ha de llegar el día en que el agua, a través de canales, llegue a regar vuestros campos?”. Además se podrían regar otras zonas del Somontano, porque de la misma forma que donde antes se levantaba una pequeña ermita, hoy se yergue un soberbio edificio de sillería a San Joaquín. Y allí sigue el magnífico pueblo de Abiego, que por medio de Porta ha luchado por obtener el agua virgen del Alcanadre. Con su iglesia parroquial en la parte alta, en otros tiempos mezquita, siendo un maravilloso acceso a Alquézar, pensando en utilizar las aguas del Alcanadre para regar el Somontano oscense y su Tierra Baja, es todo él, una reclamación de Aragón de los adelantos que conviertan esta tierra abandonada, en un País, comunicado con Francia. Nos recuerdan esta parroquia, ese monasterio de San Joaquín, ese río profundo, rico en aguas, que España tiene olvidado a Aragón, porque lo han dejado separado de Europa, con la que ya Carlomagno intentó unirnos. Pero España ha fomentado los separatismos de  Vascongadas por Irún y Cataluña por Gerona, olvidándose de una tierra como Aragón, que ha dejado a Zaragoza, capital de Aragón, lejos de Canfranc.  Zaragoza puede llegar a ser el centro geográfico, para unir a España con Europa, como Abiego es la puerta de entrada por Alquézar, Sieso, Casbas, Bierge en la Sierra de Guara, ofreciéndonos,  al mismo tiempo aguas abundantes, para el desarrollo de Aragón. Hemos visto como limita Abiego con la Sierra por el Norte, con el Monasterio de San Joaquín por el Sur y por el Este, acoge al Somontano de Barbastro y por el Oeste al de Huesca.
Monasterio San Joaquin Abiego (Huesca)

¡Qué nombre ibero ilergete tiene Abiego, que no procede del árabe, sino de aquellos antiquísimos siglos ibéricos!.  Tiene Abiego, palabra ibérica, el nombre de la “profundidad del río Alcanadre”, que tomó el pueblo para recordar a ese pueblo, que con su existir callado, representa el desarrollo de nuestra tierra.  El pariente señor don José Porta, de Vicente Lacambra,  es un poseedor de la belleza, porque de su mente nació la bella imagen del edificio del Ayuntamiento de Abiego,de donde fue alcalde desde 1979 hasta el año de 1991, y de ella surgió también la fórmula para subir de la “profundidad” del río Alcandre, el agua que estaba esperando una gran extensión de Aragón. ¡Qué grandes obras se han realizado en su taller artístico de Abiego, para adornar los aleros de hermosos edificios!.
Yo conocí al artista, “ingeniero de obras para el pueblo” y varón siempre sonriente, que me llevó en cierta fiesta a pronunciar mis palabras en la plaza Mayor de Abiego. Tenía un carácter bondadoso y unido a su esposa, que era la amabilidad personificada, me hicieron feliz en Abiego. Era un hombre generoso, pues tuvo la oportunidad de heredar un buen patrimonio en Ibieca, pero el que ha sido feliz en Abiego, hizo que lo heredara mi tía Francheta Almudévar, nacida en Barluenga y casada en Castejón de Arbaniés, sin participar ni  un céntimo, en esta operación.
Va pasando el tiempo y su querida esposa, se marchó de este mundo, donde José Porta Conde, luchó por un mundo feliz en Abiego y en todo Aragón y ahora desde allá arriba, quizá haga recordar a los políticos, la necesidad de fomentar el desarrollo, que soñó su esposo en  aquel pueblo real y simbólico de Abiego.  
Abiego (Huesca).

Es Abiego, como ya he dicho, la puerta en el Sierra de Guara y alrededor de ella, se encuentran los ríos Vero, que pasa por Alquézar, el Isuala,  que discurre por Bierge, el Calcón y el Formiga, que llega a las proximidades de Abiego. Además de los numerosos monumentos próximos, pues hay que recordad que Abiego es la Puerta del Parque Nartural de la Sierra y los Cañones de Guara, en su entorno se encuentran los yacimientos de icnitas, de huellas fósiles de treinta y tres millones de años, como el yacimiento de la Fondata. En él, se pueden ver huellas marcadas hace ya muchísimos siglos, por Anoplotherium, con pequeños  dos pequeños dedos.   Bajando  al río Alcanadre, se queda uno impresionado al ver el puente romano y el medieval, con un arco ojival.
¡Dios mío, qué historia tan vieja ha pasado por Abiego, pero que no hay quien la destruya, porque los hermanos Lacambra, no pueden pasar viviendo ausentes de su monte!. Hemos visto como proliferaban animales prehistóricos por esos lares, pero entre otros se encontraban las abejas, insectos, que vinieron al mundo antes que los hombres. Si ahora desapareciera la humanidad moriríamos los hombres de hambre y ellos lo intuyen, porque aunque no han ganado dinero con la miel que producían, encuentran a estos insectos necesarios en la vida y quieren llenar el monte de Abiego de abejas, que recuerden tiempos pasados y den  tiempos futuros a la humanidad.
 En el pasado ya se luchaba por el consumo de miel, pues en 1776 el matrimonio de Mateo Escabosa Azara y se su esposa Rosa Sipán, levantaron un juicio contra José Almudévar y María Francisca Escabosa Sipán, que se acabó con la entrega por “su madre María  Azara, nuestra madre y señora…los doce Basos  de Abejas o Colmenas, que por la misma Escritura de Dotación me mandó y señaló”.
Hasta mi familia han llegado líos con la miel de sus abejas y ahora serán los hermanos Lacambra los que tendrán que seguir luchando con sus numerosas colmenas, porque quieren hacerlas trabajar incansablemente y evitar que la humanidad se quede sin el beneficio que las abejas producen en las plantas con la fertilización.
Pero todavía no ha terminado la lucha de los hombres por su permanencia en este mundo, porque éste, sin la polinización de las plantas, acarreará el hambre a toda la humanidad y ésta puede llegar a desaparecer en cuatro años. La contribución de las abejas en la fecundación del mundo vegetal, es admirable,  pues su trabajo con la aportación de polen de unas plantas a otras, asegura la permanencia de numerosas especies vegetales. Entre ellas se encuentran los arboles frutales, la alfalfa,  el trébol, las cucurbitáceas como los melones, etc., y otras muchas,  incluida la vid.

En el mundo hace falta el agua y las frutas y Abiego con el río Alcanadre, siguiendo las ideas de Costa, puede regar toda la provincia de Huesca y sus hijos, entre los que se encuentran  los hermanos Lacambra, liberar a las abejas de la muerte

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