miércoles, 21 de octubre de 2020

La gaita aragonesa

 

                
Esto de que te vengan a pedir un artículo para un programa de fiestas, así, a bote pronto, sin estar inspirado, es una gaita. Y hablando de gaitas y estando en Aragón y concretamente en Tierz, por fuerza nos tenemos que acordar de la Gaita Aragonesa. ¡Dejémonos de gaitas gallegas y a ver si los aragoneses y más en el Día de San Jorge, su patrón, nos negamos a ser el palico  de la gaita!.
Algunos altoaragoneses se preguntarán, ¿qué tiene que ver la  gaita con  nosotros?. Mucho. Porque nuestro folklore es muy rico y algunos pretenden que sólo la jota nos pertenece. En realidad  las  Jotas se bailan en casi toda España, aunque seamos los aragoneses los campeones en esa especialidad, de la misma manera que los gallegos y asturianos son los amos en hacer sonar las gaitas. Pero, no nos olvidemos de que existe una gaita aragonesa de características que la distinguen de la gallega.
Todos nos acordamos  de  que  a los gigantes, cabezudos y caballetes de Huesca, les acompañaba con su música un gaitero.
En la exposición de fotografías de Compairé, aparece un montañés con su gaita en una boda de Gistain.  En Graus eran típicos los gaiteros que recorrían su comarca ribagorzana animando las clásicas albadas. En Sariñena todavía queda un pastor que sabe fabricar nuestro instrumento y en el Rabal de Zaragoza, me he enterado por “dijendas”, de que también practicaban esta costumbre.
Pero lo que más alegría me ha causado en estos últimos días, ha sido la noticia de que en Tierz tienen una gaita aragonesa guardada en una casa.
Aunque los de Tierz me digáis que no os venga con gaitas, os pido por favor, que tratéis de revitalizar ese instrumento.  En realidad  las jotas se bailan en casi toda España, aunque seamos los aragoneses los campeones de esa especialidad, de la misma manera que los gallegos y asturianos son los amos en hacer sonar las gaitas. Pero no nos olvidemos de que existe una gaita aragonesa de características,  que la distinguen de la gallega. Todos nos acordamos de que a los gigantes, cabezudos y caballetes de Huesca, los acompañaba con su música , un gaitero.
En la exposición de fotografías de Compairé, aparece un montañés con su gaita en una boda de Gistain. En Graus eran típicos los gaiteros que recorrían su comarca ribagorzana, animando las clásicas albadas. En Sariñena todavía queda un pastor que sabe fabricar nuestro instrumento, y el Rabal de Zaragoza, me he enterado “por dijendas”, de que también practicaban esta costumbre.
Pero lo que más alegría me ha causado en estos últimos días, ha sido la noticia de que en Tierz tienen una gaita aragonesa guardada en una casa.
Aunque los de Tierz me digáis que no nos vengan con gaitas, os pido por favor que tratéis de revitalizar ese instrumento.
Sería maravilloso veros acudir a la Ermita de Salas haciéndolas sonar, porque hasta Alfonso X el Sabio, que cantó a la Virgen de Salas en la Edad Media, se alegraría en su tumba, al oír la Gaita Aragonesa; él estaba acostumbrado a escuchar la gaita gallega y a escribir en gallego y en castellano.
No sería mucho pedir que los aragoneses revitalicemos nuestras costumbres, que con ellas nos uniremos más a otras regiones, en lugar de separarnos, como es moda ahora.  
Los de Tierz podéis ser primeros en tan entrañable “quefer”.

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