lunes, 23 de noviembre de 2020

Costa vivió en la pobreza y soñó en la riqueza de su provincia.

 

Hace ya muchos años que pronuncié unas palabras,  la  víspera  de  las  Fiestas de Graus y el Ayuntamiento me dio como premio, un retrato de un gran hombre altoaragonés, llamado Joaquín Costa.
 Cuando entro en el piso de casa Almudévar de Siétamo, me miro y al lado de su puerta, siento la mirada de Joaquín Costa, que fue un hombre que no alcanzó riqueza monetaria para sí mismo ni para su pobre y sacrificada familia. Ese retrato de un hombre pobre en dineros y riquísimo en ideas que buscaban alcanzar la grandeza de las tierras oscenses, a través del agua de sus ríos. No puedo olvidarme, cuando voy a entrar en el piso donde nací, de mirar su retrato, que me regalaron en Graus, de un hombre que no pasó de pobre él mismo y su familia, pero que concibió  la  riqueza  no  sólo  para  él, sino para todos los altoaragoneses.
Su vida fue y todavía continúa en Aragón, como la de  un  profeta  aragonés,  que soñó con el bienestar y el progreso del Alto Aragón, bautizando con agua de sus ríos, esas tierras sub -pirenáicas,  que siempre han estado al servicio de España, como cuando se cortaron en el sur de la Provincia, aquellos resistentes árboles, que aguantando la sequía durante sus vidas, sirvieron para crear la Flota que se dispuso por parte de España, para evitar que Inglaterra, arruinara su porvenir. Esos restos de bosques, se quedaron en la Sierra de Alcubierre, aumentando con su desaparición, la  labor  antiarbórica  en aquella Sierra de Alcubierre. 
Pero no sólo fueron los ingleses los que procuraron destruir la creatividad de España, sino que también   los  españoles   la han forzado a hacer de Aragón, principalmente a la provincia de Huesca, una tierra de  una sequía desgarradora  y de un aislamiento casi absoluto con Europa.
Alfonso XII y su hijo Alfonso XIII, comenzaron a comunicar España con Francia y en 1928, se inauguró la  Estación  del  Canfran.  Hace  alrededor  de  cien  años  que se empezó a crear el Ferrocarril  Internacional y todavía estamos esperando que se realice un paso unitario con Europa.
Y todavía sigue el abandono de Aragón, pues han terminado la comunicación con Francia   a través de  Cataluña, pero aquí sigue el ferrocarril por  Canfrán, con el arreglo de su estación y Aragón por el que deben pasar los ferrocarriles a Valencia , a Madrid, a Andalucía y  porque  no decirlo , a las  Africas , y por Canfran, ya no pasa nadie.
 Entre tanto se  van  los  altoaragoneses   Cataluña  y  aquí  nos estamos convirtiendo en un desierto. Si todavía no es un desierto, lo evitó  Joaquín  Costa,  que  nos narra su viaje a Graus, donde acudió a acompañar a su padre en su muerte. Escribe:  ”Llegamos  a Graus a las diez y media de la noche y cené en casa del Noy; fui a casa y hallé a mi padre sufriendo en la cama por consecuencia de los calores del día y riesgos de la noche, un hermano fallecido, una hermana sirviendo, mi madre envejecida y acabada,  y todos y todo en la miseria, apiñados  en la mitad de habitación que tenían antes, de la cual los echa Pajizas este año, y cuyo Pajizas les quiere poner pleito negándoles jornales”.
“Cuando me quedé solo a media noche, rompí a llorar desconsoladamente, considerando tanta miseria en contraste con mi edad, y con mi imposibilidad actual de remediarlo, y con que yo hubiera podido  arreglar  todo  esto  si  hubiera  sido  jornalero,  y  con  qué  lejos de eso les había estado pidiendo duros y duros todo el año, habiendo  pedido prestados los dineros con los que había comprado las botas que llevaba. Cuando fui a ponerme en la cama y vi el color y pobreza de la sábana de debajo, rompí a llorar más desesperadamente todavía, considerando que mi padre había dejado el colchón para prepararme esta cama, y quizá hasta la pobre sábana, acordándome del gasto loco hecho por vosotros en el viaje de Madrid aquí, la decadencia de una familia y la triste situación mía. No podía consolarme en la cama; me arrancaba el cabello de la cabeza, me escondía la cara en las manos como avergonzándome de mí mismo aun en la oscuridad; estuve llorando hasta que ya muy entrada la noche, me tendió el sueño.  ¡Ay!. Quisiera no haber venido, y quisiera haber venido y siento que se haya muerto mi hermano, me alegro y siento haber estudiado, etc., etc. “
¡Qué contraste entre tu pobre situación económica y la riqueza provocada por tí, Joaquín Costa en las tierras oscenses con su conversión, de sus ríos en pantanos, canales y acequias para convertir sus  secanos  en fértiles  tierras  de  huerta!. Sin enriquecerse Joaquín Costa regó la provincia de Huesca, pero él vivió en la casi pobreza.
Pero ¡qué sufrimientos padeció Joaquín Costa en su relación con Conchita Casas “padeciendo la afrenta de conocer cómo los Casas visitan Graus por ver de formalizar las relaciones con los Costa!.  “Los Casas jamás emparentarían con ellos por causa de  su  pobreza”. No sólo fueron los disgustos del amor los que sacrificaron a Joaquín Costa, sino los profesionales en 1874 en un Golpe de Estado. Había obtenido Joaquín Costa una plaza de profesor en la Universidad, que fue  rechazada  su  posesión .  Y Joaquín Costa se encuentra “no solo descalzado, sino también descolocado”. En 1875 en sus  anotaciones,  escribe :  agosto 12: hace siete días fuimos a Montearagón a pasar el día, era domingo. Se expresa así: Se han concluido las fiestas de San Lorenzo”.  La mirada sobre Montearagón la dirigía hacia Huesca, donde estaba su amada llamada apellidada Casas. El 17 de diciembre de 1877, fue Costa a visitar a Concepción Casas que en esa visita se lamentó del abismo religioso que los dividía y Joaquín no pudo evitar un abundante llanto, delante de Concepción y de su madre.
El sabio aragonés de Graus, Joaquín Costa ( 1847-1911),cultivó la amistad con mi tío Manuel Bescós Almudévar ( 1866-1928) con el tuvo una gran aproximación. Este tío mío, Manuel, era primo hermano de mi padre Manuel Almudévar y  que  “tan fiel al León de Graus, como para adoptar el transparente seudónimo de Silvio Kosti, y que al fin, fue autor del epitafio que campea en el sepulcro zaragozano de su maestro”. Se expresa así:
Aragón a Joaquín Costa-Nuevo Moisés- De una España en éxodo- Con la vara de tu genio inflamado-Alumbró la fuente de las aguas vivas- En el desierto estéril.-Concluyó leyes para conducir a su pueblo. A la tierra prometida.
Esta es la inscripción que escribió mi tío Manuel Bescós Almudévar, en la tumba de Joaquín Costa, y así como la obra de regadío de este Señor, todavía se está realizando después de la muerte del profeta Costa.
Pero en tiempos de Alfonso XII y de su hijo Alfonso XIII, se comenzó a preparar el ferrocarril que uniría a Europa con España por el Pirineo, todavía no se ha continuado la obra y los aragoneses, en nombre del resto de España, estamos reclamando su rápida construcción.

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