miércoles, 25 de noviembre de 2020

El Beato “Pelé”

 


Hace tiempo que conversé con un gitano sobre la beatificación de Ceferino Jiménez Maya, al que en Barbastro, llamaban “El Pelé”. Hoy, último sábado del mes de Julio de 2010, nos hemos vuelto a encontrar al lado del parque. Me ha llamado la atención el collar de medallas, que colgaban de su cuello. Nos hemos puesto a repasarlas y entre otras estaba la del “Pelé” acompañado por un Señor Obispo, que fue con él beatificado. Le recordé la figura gitana de un hombre piadoso, caritativo y amante de rezar el rosario; tanto es así que al encontrarle sus asesinos un rosario, no dudaron ni un segundo en fusilarle. Parece raro que el nombre de un cristiano sea el de “Tío Pelé”, pero no lo es, porque con dicho nombre se sienten los gitanos hermanos, parientes y confiados en la buena voluntad del santo al que llaman “Tío Pelé”. Es cierto que los gitanos son amantes del prójimo o “próximo”, porque cuando uno va a las Residencias de Ancianos, no se encuentra en ellas, a ningún gitano. Pero, ¿es porque se han muerto o los han abandonado?, no, lo que pasa es que los aman tanto, que ellos los cuidan en sus domicilios. Sienten los gitanos la presencia en sus vidas de un Ser Supremo, porque no sólo asisten a capillas cristianas, sino que van a la iglesia del Convento de la Asunción, una vez al año y allí participan en la celebración de la Misa. Y todos los gitanos acuden a los entierros de sus hermanos gitanos y no se sienten discriminados por asistir a una Misa católica, cuando de ordinario van a celebrar cultos cristianos. Mi amigo, emocionado, me recordó la sorpresa que se llevó hace pocos días, en la Catedral de Huesca, al encontrar a un sacerdote gitano, celebrando la Misa. No pudo aguantar la sorpresa y cuando acabó el santo sacrificio, lo saludó y allí brillaron las dotes gitanas del culto a Dios y a la práctica del arte, porque el sacerdote don Juan Cortés, espontáneamente se puso a tocar palmas con todos sus hermanos, que acudieron a su celebración de la Misa. Pero no es raro que haya sacerdotes y maestros entre los gitanos, porque cuando voy a Siétamo y paso por Quicena, me miro al Ayuntamiento y allí veo con frecuencia a Israel Cortés, gitano y Alcalde de dicho Ayuntamiento. No todos estudian lo que necesitan los niños y los jóvenes pero existen multitud de gitanos que se dedican al comercio y todas las semanas, próximos al Camping de San Jorge, montan unos mercados atractivos y baratos. Antes recogían mimbres y cañas para fabricar cañizos, que servían para retejar los edificios y mimbres para crear hermosas cestas y ponerles a las sillas ,ya gastadas nuevos asientos. Yo todavía conozco a una gitana anciana,que pasaba por los pueblos próximos a Huesca a vender canastas, canastillas, cestas y cestillos para guardar las mujeres sus costuras.Se ha acabado esa época y yo mismo lo he experimentado en un huerto de mi casa,en que en tiempos se plantaron varias mimbreras, pero hoy ya se han arrancado. Hay que pedirle al “Tio Pelé” que con su ejemplo, estimule en sus hermanos el amor al trabajo, aunque sea distinto del de los paisanos, pero que, como antes, se sacrifiquen para vivir felices en unos tiempos en que van desapareciendo los carros, las mulas, los cañizos y los mimbres. Se acaba el uso de los materiales vegetales y aumenta el empleo de los metálicos y los gitanos en Andalucía, forjaban el hiero con un arte de maestros, que podrían renovar en estos tiempos en que va faltando el trabajo.


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