Fue
no sólo Mosen, palabra aragonesa, que significa Monseñor, sino que fue el
Obispo de mayor edad de la Iglesia Católica hasta el martes 24 de Noviembre de
este año de 2.020, a la edad de 104 años de edad. Era el Obispo más longevo de
España,
Estaba
jubilado de trabajos espirituales, por su larga edad, pero se le veía caminar
por las calles de Huesca. Yo lo saludé frente a Correos y hablé con su sagrada
persona en el Coso Alto, frente al edificio de Correos, El me atendió sonriente
pues yo le hablé de cuando estuvo de Párroco en unos pueblos de la Sierra de
Guara y recordándole la misa que celebró en la Ermita de Santa María de Liesa, obra
medieval y que se ve desde Siétamo en
aquella Serreta, hija de la Sierra de Guara. Todavía se ve la maravillosa
ermita en el Monte de Liesa, que hoy está
unido este pueblo con el
Ayuntamiento de Siétamo.
Liesa
forma con Siétamo, Arbaniés y Castejón el mismo Ayuntamiento de Siétamo. En
aquellos pasados años Ibieca pertenecía con Liesa a la misma Parroquia.
Nació
Don Damián Iguacen Borau en el pueblo zaragozano de Fuencalderas. Estudió en el
Seminario de Santa Cruz de Huesca. En 1.941 fue ordenado sacerdote y lo
enviaron a Ibieca y luego a Torla. Fue Obispo Emérito de San Cristobal de la
Laguna (1.984-1.991), Luego fue Obispo de Teruel y Albarracín desde 1.974 a
1.984. Desde 1.970 hasta el 64, fue obispo de Barbastro. El último obispo
muerto a los ciento cuatro años de edad , nació el 12 de Febrero de 1.916 en
Fuencalderas, provincia de Zaragoza y falleció el 24 de noviembre de 2.020 a
los 104 años de edad en Huesca. Como pone en un artículo : “Fue el último de
todos y el servidor de todos”.
Este
Señor Obispo no perdió el tiempo durante su vida pues entre sus muchos escritos,
se encuentra “Nuestra Señora de Foces.
Escribió muchos libros, desde la
“Basílica de San Lorenzo” y “ La ruta “Virgen de la Candelaria” del obispado de
Tenerife en 1.990.
Mi gran amigo y escritor notable y difunto,
escribió “ Don Damián Iguacen el obispo infatigable”. Este escritor Julio
Brioso y Mairal, escribió en Julio de 2.002, en la “Revista Cuatro Esquinas”, número
147, en Huesca. Me acuerdo de cuando Julio Brioso me contaba su escrito sobre
Don Damián Iguacen.
También
me acuerdo de las monjas de la iglesia oscense de San Miguel, que en su día, me
comentaron las conferencias sabias y piadosas del sabio retirado de su
actividad pública, que subía al convento de San Miguel a hablarles de Cristo,
que llenaba su espíritu de amor a Dios.
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